No tenemos detalle sobre los pobladores de las porciones pirenaicas orientales de Navarra y de Huesca y del alto territorio leridano. Se ha propuesto, sobre
débiles bases, una población uniforme, vascoide o vascoaquitana.
Por el contrario, los Pirineos meridionales estuvieron habitados por
<<populi>> pertenecientes linguísticamente a diversas
familias y, entre ellas, a la ibérica (tales, los Iacetani y Cerretani).
ZONARAS (8, 21) dice que no eran los pirenaicos ni homófonos ni
homopolíticos. En los territorios del Pirineo y sus piedemontes hispanos
se daba, pues, la coexistencia de las tres áreas linguístico-culturales características de la cuenca media del
Ebro: la indoeuropea (mayoritariamente céltica), la vascónica y
la ibérica.
Vascones. Su solar, a la llegada de los romanos, sería sólo el <<saltus Vasconum>>: la zona de somontano y
montaña al norte de Pamplona, que pudo abarcar, como máximo,
desde el oeste, Canfranc hasta Cinco Villas de la montaña (Navarra) y el
Bidasoa. Es verosímil una expansión vascona entre los siglos II
a. y I d. de C. y no de una vez, porque entre ESTRABON Y PTOLOMEO se aprecian
ciertos cambios. Se centraron, pues, en Navarra y en la punta del
triángulo zaragozano, con Bardenas, así como en los valles del
Cidacos y el Alhama. Todo ello hay que referirlo al dominio meramente
político, en sentido similar al que tendría decir que se trataba
de zonas romanas (que no es igual que romanizadas). No es seguro que su lengua
fuese la vasca (TOVAR).
Iacetanos y Cerretanos occidentales. En el Pirineo central y occidental
estuvieron los iacetanos. Es error hacerlos vascones porque Ptolomeo incluya a
Iacca entre las ciudades de los vascones. Según la nítida
descripción de ESTRABON, los iacetanos tenían entidad
política propia bien delimitada. Los cerretanos son un pueblo
ibérico que, además de la Cerdaña, ocupó gran parte
de los valles pirenaicos, llegando hasta territorio altonavarro. Se deduce con
claridad de ESTRABON, Geogr.III 411 y de PLINIO EL MAYOR, Hist.
Nat., III, 4, 21. Hay, además, fuentes musulmanas y carolingias que
los mencionan en ese emplazamiento (cfr. IBN HAYYAN, en el Muqtabis o
Muqtabas, h. 1050 sobre fuentes antiguas; Al'Udrí, en el
Tarsí, h. 1060-1075, con textos anteriores y la Chanson de Roland).
Suessetanos. Las fuentes los sitúan junto a iacetanos y
sedetanos y no son pueblo montañés, sino de llano, asaltado a
menudo por los vecinos del norte. En 184 a.de C. son aniquilados. No es
imposible que sean los autores de algunas denominaciones en
<<dunum>> de la zona y aun de una Suesa en Aragués del
Puerto.
Iberos. Desde la desembocadura del Gállego hasta las fronteras de
Aragón con Cataluña, las fuentes mencionan a tres pueblos
ibéricos: los ilergavones, los ilergetes y los sedetanos. Los dos
primeros tenían su centro de gravedad política, a la altura del
200 a. de C., en torno a Dertosa (Tortosa) e lldirda
(Lérida)-Bajo Urgel, respectivamente. Los sedetanos, una de cuyas
ciudades fronterizas por occidente fue Salduie, estaban en un territorio
cuya mayor densidad de ocupación parece darse en los valles de los
ríos Martín y Guadalope, llegando hasta las inmediaciones de
Celse (que acaso les fuera arrebatada, en el cambio de los siglos III al
II por los ilergetes, que avanzaron a poniente) y, por el oeste, hasta las
desembocaduras del Huerva y del Jalón. Los sedetanos son expresamente
citados por PLINIO, que habla de la <<regio Sedetania>>. LIVIO los
cita con insistencia, a menudo en compañía o vecindad de otros
pueblos que facilitan su ubicación.
Las fuentes también citan pueblos a los que no se da relevancia; no son
mencionados por su nombre y LIVIO los llama <<ignobiles>> (poco
notorios). De algunos de ellos (acaso unos hipotéticos
<<Navarri>>; o los supuestos cerindones de LIVIO, XCI) nada
sabemos. Desde el siglo V a. de C., la sustitución de centros de
economía predominantemente ganadera por otros de base agrícola se
concentra en territorio ilergete y sedetano (Guadalope, Martín, Regallo
y Aguas Vivas), sin que se aprecie con igual intensidad Ebro arriba.
Así, los territorios de la Ilergecia oriental y de la Sedetania de las
fuentes clásicas empiezan entonces a convertirse en ibéricos. La
arqueología detecta desde esa fecha una frontera estable en el Matarraña. El resto de la cuenca, aunque se tiñó de
<<iberismo>> arqueológico, lo hizo más levemente y
más tarde. En el siglo III a. de C. la iberización parece
renacer. Las poblaciones indoeuropeizadas o dependientes de los <<Campos
de Urnas>> (en el norte del Ebro desde el siglo VII, al menos) adquieren
un tinte material <<ilergete>> o <<sedetano>>. Desde
estas nuevas áreas limitáneas se irradia, parece que sólo
por vías mercantiles, a territorio celtibérico.
FLORO recogió que tenían cierta relación especial con los
arévacos, sus vecinos. Para M. BELTRÁN la situación de los belos es más meridional de lo que se admite. Les pertenecería
Arcobriga (Monreal de Ariza), en cuyo solar no hay barro campaniense,
sino <<sigillata>> itálica; no se ha localizado su
emplazamiento indígena. También sería bela Nertobriga
(probablemente en Calatorao, de acuerdo con reciente propuesta de M. MEDRANO), aunque no es imposible que fuera de los titos (como la cercana
Centobriga, vencida por Metelo antes de que llegase a acuñar).
ALMAGRO BASCH proponía enlazar el nombre de los lusones con el de
Luzaga (en donde se halló un afamado bronce inscrito). Suyos son
los bronces con <<Nertobis>>, de fines del siglo II a. C. Su
capital fue Segeda, la más notable y antigua cerca del
área <<Secaisa-com>>, en Belmonte, y suya Bilbilis,
heredera de Segeda tras el 133, y cambiada de lugar (de Valdeherrera
a Bámbola) por Roma, según propuso BURILLO. No es sencillo
resolver la ubicación de Munda (mencionada en las campañas
de Graco), quizás en la actual Munébrega.
Los lusones fueron relacionados con Luzaga. Nada obsta a adjudicarles una gran extensión (como a los arévacos, a quienes algunos dan Luzaga), que podría llegar. al Moncayo, centro neurálgico del hierro. Allí están Bursau, (materiales del siglo III a. de C. sobre nivel
hallstáttico); Turiasu, La Oruña, en
Veruela, con predominio de vasos celtibéricos de tipo riojano (Arnedo),
Inestrillas--la fronteriza Contrebia Léucada arévaca--o
numantino, poca campaniense y espadas de La Tene, de principios del siglo II a.
de C. y con inicio en el anterior, Caraues (en Magallón) y
Alaun. En términos generales, en el siglo III y desde una
perspectiva material, está claro el celtiberismo de estos lugares. El
aspecto celtibérico se va perdiendo, hacia el este, en una línea
que estará entre Caminreal e Hinojosa de Jarque (quizás
Damaniu). BOSCH pens6 que los lusones tenían un alto grado de
autoctonismo, que los emparejaría un poco con sus casi homonimos
lusitanos, de cuyo carácter arcaizante parece que no puede
linguísticamente dudarse. Los belos, posteriores, los habrían
relegado hacia el este y el norte, quedando Luzaga y Luzón en su
poder. TARACENA no vaciló en tenerlos por celtas, a causa, entre otras
cosas, de los topónimos en <<briga>> (como Centobriga,
Nertobriga y es posible que Mundobriga, la Munda de las fuentes
clásicas). Pero éste de los sufijos y sus cronologías es
asunto resbaladizo.
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