ÍNDICE POR ÉPOCAS

ÉPOCA ISLÁMICA

37. ARQUITECTURA ISLÁMICA RELIGIOSA Y CIVIL EN LA MARCA SUPERIOR · J. L. Corral Lafuente.

Presencia islámica en Aragón se divide claramente en dos períodos: el primero de ellos entre el año 714 (fecha de la ocupación musulmana del valle del Ebro) y el tramo comprendido entre 1096, fecha de la ocupación de la ciudad de Huesca, y 1171, fecha de conquista de las tierras de Teruel; en este período los musulmanes son los dominadores. El segundo se extiende desde los momentos de la conquista cristiana hasta la expulsión de los moriscos en 1610; en esta segunda fase los musulmanes serán sometidos al dominio cristiano y reciben el nombre de mudéjares.

El mapa se han plasmado los restos islámicos procedentes de la primera fase, es decir, los siglos en los cuales los musulmanes eran dueños y señores de las tierras que configurarán tras la conquista cristiana el reino de Aragón. Los restos musulmanes que se han conservado, tras más de cuatro siglos de ininterrumpido dominio islámico, son poco abundantes, puesto que la conquista cristiana y la transformación de las mezquitas en iglesias supuso la destrucción de muchos edificios islámicos, de los cuales sólo se ha conservado la noticia de su existencia o algunos restos arqueológicos poco considerables.

Otra parte, no ha habido suficientes excavaciones arqueológicas como para sacar a la luz muchos restos materiales islámicos que sin duda están todavía a la espera de su descubrimiento, como así ha ocurrido en aquellos lugares en los que se ha llevado a cabo una excavación arqueológica en las condiciones necesarias.

Restos más significativos, que en ocasiones son los que pasan más desapercibidos, son los urbanísticos; en efecto, los musulmanes revitalizaron la vida urbana y fundaron algunas ciudades en Aragón, como Calatayud, Daroca, Fraga o Barbastro, además de reverdecer la vida urbana en Tarazona, Huesca y Zaragoza o reavivarla en Borja y Ejea. En todas esas ciudades quedan restos del urbanismo islámico, especialmente en las cuatro grandes fundaciones de nueva planta (Calatayud, Daroca, Fraga y Barbastro).

De gran importancia y pervivencia han sido los recintos amurallados; todas las ciudades de la Marca Superior presentaban una muralla que las protegía del entorno. En algunos casos las murallas datan de época romana y fueron conservadas y consolidadas durante los años de dominio musulmán; en otros casos los musulmanes construyeron recintos amurallados para la defensa. Se conservan importantes restos de murallas de época islámica en Huesca (fines del siglo IX) Borja (siglos IX-X), Calatayud (siglos IXXI), Ariza (siglo IX), Zaragoza (siglo X), Daroca (siglos IX-XI) y Albarracín (siglos XXI).

Edificio más importante en la arquitectura islámica es la mezquita; la existencia de mezquitas en las ciudades aragonesas en época musulmana está suficientemente probada en la documentación, pero los restos materiales encontrados hasta ahora son pocos, si bien en los últimos años la investigación arqueológica ha dado a la luz nuevos materiales. Los más espectaculares son los restos de capiteles y ventanas procedentes de la Seo de Zaragoza, antigua mezquita mayor de la ciudad, los de la mezquita mayor de Huesca, junto al solar que hoy ocupa la catedral, los de la mezquita oratorio de la Aljafería de Zaragoza, un muro con arcos de herradura de la mezquita de Villalba de Perejil, en la comarca de Calatayud, y las torres de Ateca y Terrer, que corresponden a sendos alminares de las mezquitas de ambas localidades; hay restos dudosos en otros lugares pero es preciso un estudio más detallado para poder precisar con seguridad su origen islámico.

Arquitectura civil todavía tiene menos ejemplos; Zaragoza aporta la mayor cantidad gracias a la existencia de la construcción palaciega de la Aljafería y a las excavaciones realizadas en el casco urbano, donde han aparecido algunos restos de edificios de época musulmana; en Maleján se conservaba hasta 1980 un gran arco monumental, ahora casi totalmente destruido; en Borja queda un enorme arco de herradura en ladrillo y en Daroca se conserva un capitel procedente de los baños y un conjunto de yeserías de la alcazaba, de principios del siglo XI.

Restos materiales procedentes de excavaciones arqueológicas empiezan a ser abundantes, gracias a las distintas actuaciones llevadas a cabo en distintos yacimientos aragoneses, especialmente en la ciudad de Zaragoza; cerámica de época islámica ha sido localizada en Huesca, «Los Zafranales» (Fraga), «Alcocer» (Ateca), Tarazona, Daroca y Zaragoza. No existe todavía ningún estudio completo y lo realizado hasta ahora son pequeñas aportaciones a la espera de que vayan surgiendo y publicándose más materiales cerámicos. En cuanto a centros de producción, sólo se ha documentado arqueológicamente un horno de fabricación cerámica de los siglos X-XI en la ciudad de Zaragoza, aunque existe una confusa noticia documental sobre la fabricación de loza dorada en Calatayud.

Cuanto a materiales metálicos, el más importante es un esenciero de plata hallado hace algunos años en las proximidades del casco urbano de Albarracín, al parecer regalo del rey de la taifa a su esposa favorita llamada Flor. En las excavaciones de Zaragoza se han hallado algunos fragmentos de hierro y de bronce. Por último es de destacar una lápida también de Albarracín.

Lo que se refiere a despoblados, la investigación está muy poco avanzada; con seguridad tan sólo están localizados los despoblados de Alcocer (en el término de Ateca), la Iglesieta (en el término de Usón, Huesca), Las Sillas (en Marcén, Huesca) y los Zafranales (en Fraga, Huesca).

Tan escasos materiales no se pueden por el momento extraer conclusiones definitivas sobre la cultura material del Islam aragonés, si bien la existencia de la Aljafería y los recientes hallazgos de Daroca y Maleján comienzan a dejar entrever un interesante foco artístico a lo largo del siglo XI, que se desarrollaría a partir del arte califal y cuyo máximo exponente es precisamente el palacio zaragozano de la Aljafería

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