ÍNDICE POR ÉPOCAS

ÉPOCA ISLÁMICA

33. LAS MORERÍAS EN ARAGÓN · J. García Marco.

1 Puiblolea
2 Chimillas
3 Alerre
4 Huerrios
5 Banariés
6 Cuarte
7 Vicién
8 Buñales
9 Sangarrén
10 Torres de Barbués
11 Almuniente
12 Tabernas
13 Tierz
14 Ballestar
15 Ola
16 Monflorite
17 Fañanas
18 El Pueyo de Fañanás
19 Argavieso
20 Novales
21 Albero Bajo
22 Barbués
23 Blecua
24 Antillón
25 Las Cellas
26 Naval
27 Salina de Hoz
28 La Puebla de Castro
29 Pueyo de Sta. Cruz
30 Villafranca
31 Osera
32 Aguilar
33 Cunchillos
34 Vierlas
35 Malón
36 Novallas
37 Grisel

38 Sta. Cruz
39 Agón
40 Frescano
41 Bulbuente
42 Albeta
43 Maleján
44 Alcalá
45 Cabañas
46 Figueruelas
47 Azuer
48 Pleitas
49 Lumpiaque
50 Morata
51 Arándiga
52 Nigüella
53 Tierga
54 Brea
55 Gotor
56 Chodes
57 Sestrica
58 Pinseque
59 Sobradiel
60 Bárboles
61 Bardallur
62 Urrea
63 Rueda
64 Lucena
65 Villanueva
66 Purroy
67 Alfamés
68 Cuarte
69 Botorrita
70 Mozota
71 Mezalocha
72 Fuendetodos
73 La Zaida
74 Codo

75 Almonacid de la Cuba
76 Azaila
77 Vinaceite
78 Lagata
79 Cinco Olivas
80 Jatiel
81 Foz-Calanda
82 Huerto
83 Pomar
84 Albalate
85 Alfajarín
86 Nuez
87 Gelsa
88 Alborge
89 Tasmoz
90 Bureta
91 Luceni
92 Pedrola
93 Plasencia
94 Ricla
95 Mesones
96 Illueca
97 Jarque
98 Morés
99 Calatorao
100 Saviñán
101 Almonacid
102 Muel
103 Cadrete
104 María
105 Rodén
106 Letux
107 Sástago
108 La Puebla de Híjar
109 Urrea de Gaén
110 Escatrón
111 Albarracín

LOCALIDADES ARAGONESAS CON POBLACIÓN MUDÉJAR

Realizado sobre los 138 lugares para los que se dan cifras de habitantes moros en el censo de 1495.

Tabla de correlaciones entre el número de fuegos total y el número de fuegos mudéjares en las localidades aragonesas con población islámica

A. Para el total de las poblaciones:

Nº de Fuegos Coef. correl. % Explicado
400-800 -0,297 8,8
200-400 -0,438 19,2
100-200 0,452 20,4
50-100 0,545 29,7
<50 0,915 83,7

  B. Para las poblaciones con minoría mudéjar

Nº de Fuegos Coef. correl. % Explicado
Ciudades 0,442 19,6
Villas (+300) -0,463 21,5
Villas (+200) 0,819 67
Otros (<170) 0,695 48,2
Residentes (1) -- --

Valorar la presencia islámica en las localidades aragonesas con habitantes mudéjares y su consiguiente impacto demográfico, urbanístico y social, exige investigar su relación orgánica, en cuanto minorfa, con el resto de los pobladores del Reino. A pcsar de sus limitaciones, el censo de población de 1495, encargado por las Cortes reunidas en Tarazona con el objeto de racionalizar el cobro de impuestos, permite estudiar, bien que con cierto sesgo, la presencia islámica en el conjunto de Aragón, su total demográfico y su capacidad económica.

La moreria, que es definida por la Real Academia como un «barrio que se destinaba en algunos pueblos para habitación de los moros», sirve para designar la huella que en el paisaje urbano deja o dejó la presencia de una comunidad mudéjar, y, estrictamente, connota un sentido segregativo, marginal, para esa comunidad sumergida en el seno de la mayoría cristiana. Las morerías por excelencia fueron las urbanas. Tan sólo Jaca, entre las ciudades medievales aragonesas, carecía de población islámica permanente. Los vecinos mudéjares se concentraban en un pequeño núcleo de la ciudad con peculiaridades urbanísticas propias, que en el caso paradigmático de Zaragoza asemejaba una pequeña medina islámica adyacente a la ciudad cristiana, con su mercado, varias mezquitas -una de ellas la principal-, su calle central, su muro, sus accesos limitados, y la típica estructura reticular de su entramado de calles; sólo en Teruel se ha documentado la presencia de varios núcleos de población mudéjar. Las morerías no son, sin embargo, barrios totalmente impermeables y, quizá con motivo de las pestes de finales del XIV y de las crisis económica de la minoría, su perímetro se reduce, y encontramos casas de cristianos en las márgenes y aún en el centro de algunas morerías.

Otras poblaciones con carácter urbano, pero en la práctica medieval villas de realengo o señorío, como Monzón, Fraga y Caspe (en torno a los 300 vecinos) comparten con las ciudades la presencia de una porción limitada -aunque algo mayor que en éstas- y segregada de pobladores islámicos. En el siguiente grupo, constituido por cinco poblaciones de más de 200 fuegos (Aranda, Villafeliche, Belchite e Híjar), cabezas de importantes señoríos, la proporción se acerca ya al 50% de moros. Huesa del Común constituye una interesante excepción, con un 75% de habitantes mudéjares. En general, podemos afirmar que en las localidades con más de 200 fuegos se da una gradación inversa entre el número de habitantes musulmanes y el número total de vecinos, y, por ende, la importancia de la población como centro económico y político, según podemos ver reflejado en las tablas de correlaciones. Además, la correlación inversa entre población total (como índice de rango de la localidad) y la población relativa mudéjar explica un 30,1% la covarianza para las localidades entre 200 y 400 fuegos, y un 17,1% de las ciudades entre 400 y 800 vecinos, siendo insignificante para las poblaciones de menor tamaño. Es decir, la presencia de mudéjares se reduce significativamente cuanto más importante es el rango que la localidad alcanza en la red urbana.

Existieron además morerías rurales denominadas así en la documentación coetánea (Terrer, Saviñán y Burbáguena). Todas ellas tienen su origen en una más o menos larga historia bajo una jurisdicción de carácter señorial, primero laica o eclesiástica, después ejercida por las Comunidades de Aldeas, que consolidó a dichas aljamas como entidades segregadas y autónomas respecto al resto de la población en un medio de absoluto predominio cristiano. La morería de Huesa del Común, tradicionalmente de señorío, asimiló su estatus al de Burbáguena cuando fue incorporada a la Comunidad de Aldeas de Daroca. En general, sin embargo, no es posible hablar de «morerías rurales», pues falta el aspecto segregativo que aparece en los centros urbanos-es especialmente significativa la ausencia de puertas y muros-; a pesar de que, tanto en la documentación medieval como en la huella toponímica actual se observa que exista una clara tendencia a la segregación de la población según su religión. Además, los moros constituían franca mayoría en casi todas las localidades aragonesas donde habitaron. Cerca de la mitad de las localidades que estudiamos estaban totalmente pobladas por mudéjares, con excepción en ocasiones del fuego del señor o el castillo, la casa del vicario y algún residente cristiano aislado (categoría situada entre el 95 y 99% ). La proporción se dispara si tenemos en cuenta las poblaciones con más del 85% de pobladores musulmanes, es decir con escasísimos habitantes cristianos (ver gráficos). Con todo, existían algunas localidades de carácter eminentemente rural en las que la población musulmana estaba en franca minoría: fue el caso de Alcolea, Alfajarín, Ambel, Ariza, Arándiga, Burbáguena (donde sí constituía morería), Epila, Mequinenza, Pina, Salinas y La Puebla de Castro. Algunas localidades, por otra parte, sólo contaban en 1495 con una familia mudéjar (Lanaja, Pomar y Tabernas).

El centro económico, social, religioso y político de la aljama (comunidad) mudéjar era la plaza -separada en el caso que hubiera un importante población cristiana-, en cuyos aledaños invariablemente se situaba la mezquita, frecuentemente el horno, la herrería y algunas tiendas y talleres, así como las casas de los moros más destacados por su poder económico y relevancia política. Allí donde la población mudéjar fue francamente minoritaria, los talleres y las tiendas tendieron a desplazarse fuera del barrio musulmán hacia los centros económicos cristianos. La población musulmana no quedó recluida dentro de las antiguas murallas, sino que al calor de la expansión de la economía aragonesa surgieron arrabales de obradores en distintas poblaciones: ollerías en Almonacid de la Sierra, Muel, Huesa del Común y Villafeliche, herrerías en esta última, y tejerías en Terrer. El urbanismo de estas poblaciones fue típicamente mudéjar, en su sentido etimológico de sometido, dominado por el inevitable castillo que las corona, los muros defensivos, la torre de la iglesia cristiana y otras dependencias señoriales (el horno, la bodega, el granero, y las casas o la torre del señor).

BIBLIOGRAFÍA

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.UBIETO ARTETA, A. (1984-86): Los pueblos y los despoblados, I a III. Zaragoza.

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  2005 Instituto Fernando el Católico