ÍNDICE POR ÉPOCAS

ÉPOCA ISLÁMICA

30. LAS CIUDADES DE LA MARCA SUPERIOR DE AL-ANDALUS · J. L. Corral Lafuente.

Cuando en la primavera del año 714 los musulmanes llegan al valle del Ebro, apenas encuentran resistencia. Por otro lado, sólo unos pocos centros urbanos habían logrado sobrevivir a la larga crisis que azotaba al antiguo Imperio Romano de Occidente desde el siglo III. En toda la cuenca del Ebro tan sólo Zaragoza, Huesca, Tarazona, Pamplona y Calahorra podían considerarse como centros urbanos de cierta relevancia.

Los nuevos conquistadores musulmanes tenían a la ciudad como punto de referencia imprescindible para su modo de civilización, por lo que desarrollaron desde el primer momento una intensa actividad para revitalizar la vida urbana.

En el valle del Ebro, la actuación islámica se centrará en un primer momento en la consolidación de las únicas ciudades existentes en el año 714 (Zaragoza, Huesca y Tarazona), para después fundar nuevos centros urbanos y revitalizar viejos y arruinados núcleos iberorromanos.

La acción urbanizadora de los musulmanes pasa por tres fases:

1. Fortalecimiento de las ciudades hispanogodas de Zaragoza, Huesca y Tarazona.
2. Fundación de nuevas ciudades como Calatayud, Tudela, Daroca, Fraga, Albarracín y Barbastro.
3. Revitalización de viejos núcleos iberorromanos como Ejea, Borja, Lérida, etc.

Pronto se estableció una jerarquización de esta nueva red urbana que se estaba creando en torno a la ciudad de Zaragoza. Primero se constituyó esta ciudad en capital de la Marca Superior, dependiente de Córdoba, y desde principios del siglo XI en capital del reino taifa de Zaragoza. La presencia musulmana en el valle del Ebro produjo un constante progreso en la organización de la Marca Superior, centrando ese progreso en la potenciación del sistema urbano como eje de todo el desarrollo.

Las fases de este proceso, que duró tres siglos, son las siguientes:

1. Centralización inicial del sistema en torno a las ciudades existentes antes de la llegada del Islam, las viejas sedes episcopales visigodas de Zaragoza, Tarazona y Huesca, además de Calahorra.
2. Ampliación de la red urbana con la fundación de nuevas ciudades como Tudela, Calatayud y Daroca, y la revitalización de algunos viejos núcleos como Borja.
3. Vertebración del sistema en torno a un lugar central: Zaragoza se convierte en centro de toda la Marca Superior y se siguen fundando o revitalizando nuevos núcleos que complementan el sistema a lo largo de los siglos IX y X.
4. Clarificación del sistema con la consolidación de Zaragoza como núcleo rector, ascenso a un segundo grado de Tudela, Calatayud, Huesca y Lérida y fundación de una taifa independiente en la ciudad de Albarracín.

El impulso urbanizador de los musulmanes comenzó a decaer desde fines del siglo X; a la gran euforia urbanizadora de los siglos VIII y sobre todo IX y primera mitad del X, siguió una fase de lenta regresión, debida sin duda a las crisis que afectaron a la sociedad islámica desde fines del siglo X. En la segunda mitad del siglo XI, la situación ha dado un giro decisivo; los musulmanes son incapaces de mantener el sistema urbano y de acrecentarlo, mientras en el norte, los cristianos comienzan a organizarse en torno al joven reino de Aragón. En 1077 Jaca se convierte en ciudad y a partir de entonces el avance cristiano será incontenible. Entre 1096 y 1119 todas las grandes ciudades islámicas de la cuenca del Ebro están ya bajo dominio cristiano y una nueva fase urbana comienza para estas tierras.

La topografía urbana de las ciudades musulmanas de la Marca Superior no presenta un modelo único; las ciudades ya existentes antes de la llegada del Islam, Huesca, Tarazona y Zaragoza, mantendrán en buena medida la estructura de sus cascos anteriores, aunque se Irán introduciendo a lo largo del dominio islámico algunas modificaciones y ampliaciones.

Las nuevas ciudades se dispondrán en función de las nuevas necesidades, ubicándose casi siempre en lugares fácilmente defendibles, orientadas hacia el sureste para aprovechar mejor la insolación invernal, construidas en laderas para a su vez hacer el mejor uso del desagüe natural.

Pero pese a tener orígenes distintos, las ciudades musulmanas de la Marca Superior responderán a unos criterios urbanísticos muy similares, que les conferirán unas características comunes.

Las grandes ciudades de la Marca Superior se organizarán en función del espacio central o medina, y unos nuevos espacios periféricos, los arrabales. En la Marca Superior pueden considerarse como medinas‹la máxima categoría urbana en el Islam‹las ciudades de Zaragoza, Calatayud, Huesca, Lérida, Tudela, Tarazona, Daroca, Barbastro y Fraga; eran además centros urbanos relevantes, incluso a veces aparecen citados como medinas, Borja, Ejea, Ricla, y por supuesto Albarracín.

En general, y a excepción de Zaragoza, ninguna de las ciudades de la Marca Superior alcanzó un tamaño considerable; Zaragoza debió rondar los 20.000 habitantes, y la siguiente, quizás Tudela o Calatayud, no superó los 7.000, estando todas las demás ciudades entre los 2.000 y los 6.000 habitantes, cifras realmente bajas para el mundo islámico, pero muy considerables con respecto a los núcleos urbanos de la Europa cristiana de la Alta Edad Media.

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