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Almanzor (Muhammad b. Abž'Amir alMansur), como todopoderoso valido del califa omeya Hisam II, llevó a cabo cincuenta y seis empresas guerreras durante los veinticinco años en que arbitró la política de
al-Andalus, desde 977 hasta su muerte en 1002. Con ellas sobrepasó, por cantidad y por la importancia de sus objetivos, el estricto cumplimiento del
Yihad, guerra santa, deber de todo soberano islámico; con ellas impuso por un tiempo la hegemonía del Estado cordobés sobre el resto de la Península, dominando resistencias y rebeldías internas y amenazas externas. Entre todas ellas, guardan mayor o menor relación con la Marca Superior las siguientes campañas de
Almanzor: la 4ª, llamada de al-Daliyya (31 de mayo-6 de agosto de 978) contra Pamplona y la llanura de Barcelona; la 10ª en que atacó un lagar denominado
al-Munya, que acaso sea la zaragozana Almunia de doña Godina, o bien Armuña del Tajuña (Guadalajara), en octubre de 980; la 13ª tuvo como objetivo Calatayud y los territorios musulmanes partidarios del general Galib (11 de mayo-27 de julio de 981); 16d, contra Gerona (verano 982); 23ª contra Barcelona (5 de mayo-23 de julio de 985); 36ª contra tierras de Pamplona (991-992); 37ª de nuevo contra Pamplona (992); el 4 de septiembre de 992, Sancho Garcés de Pamplona se dirigió a Córdoba para concertar paces; 41ª el objetivo fue el Pallars (abril de 999), las «tierras de Mirón» y el condado de Aragón; cabe pensar que el ataque de Almanzor produjo un gran control musulmán en estas zonas; Durán Gudiol ha señalado que el vacío documental monástico -desde antes del año 1000 al 1025- se debe «no sólo a la destrucción del país por
Almanzor, sino también a la presencia de sus soldados aun después del año 999; seguramente, en ese mismo año 999, y contada como campaña n.° 51ª Almanzor atacó el reino de Pamplona, como represalia al ataque navarro contra Calatayud, en 997, donde perdió la vida un hermano de su gobernador, el tu9žbí Hakam
b.'Abdal 'Azžz, ordenando de inmediato Almanzor ejecutar a cincuenta cautivos navarros, algunos de ellos miembros o allegados de la familia real pamplonesa, los cuales estaban retenidas en Córdoba tras la toma de
Uncastillo. El poeta cortesano Ibn Darray dedicó un poema al suceso. En esta campaña entró triunfante Almanzor en Pamplona, y su soberano pidió la paz, aunque enseguida, y antes del verano del 1000, ya estaba de nuevo ayudando al conde de Castilla contra
Almanzor, en Cervera; y campaña n.° 54ª también contra Pamplona (entre 1000-1002).
Todo esto imprimió un ritmo de triunfo al musulmán de la Marca Superior, deteniendo y ano alterando a su favor el avance cristiano, que sin embargo se reanudará enseguida, con más fuerza, tras el impulso que traerá a estas tierras el nuevo soberano de Pamplona Sancho cl Mayor, entre 1004 y 1035, quien incitó los anhelos reconquistadores de los cristianos sometidos por las campažias de Almanzor en Aragón, Sobrarbe y
Ribagorza.
Tras la muerte de Almanzor, en 1002, su hijo Abdalmalik ocupó su lugar al frente del Estado y mantuvo igual actitud que su padre hacia los territorios cristianos. En 1003, éste 'Abdalmalik al-Muzaffar dirigió en persona una expedición que afectó a la Marca Superior y a los territorios fronterizos del Pallars y de Barcelona. Salió de Córdoba el 17 de junio de 1003, cruzó Medinaceli, Zaragoza y Lérida, para internarse por el valle del Segre hacia Meyá (Mada-ni!), Monmagastre (Mumaqsar) y el llano de Barcelona, atacado el 3 de agosto, regresando a tierras musulmanas por al-Batha', (¿Albelsa'?) y Lérida, encontrándose de vuelta a Córdoba a principios de septiembre. Podría ser que al año siguiente, 1004, volviera al-Muzaffor contra los territorios cristianos que rodeaban la Marca de Lérida. En todo caso, tornó contra los condados pirenaicos en 1006: subió a Zaragoza y pasó por Huesca y Barbastro para entrar en Sobrarbe, el 14 de agosto, atacando el llano de Binueste y luego San Juan,que ha de ser San Juan de Matidero; tomó luego Ainsa y Buil, que conservaron los musulmanes hasta 1017 ó 1018; luego se internó, seguramente, por Ribagorza; la catedral de Roda de Isábena fue destruida, y la plaza quedó en poder del Islam hasta 1015.
El objetivo de estas campañas era imponer tributo a estos territorios cristianos, mediante la captura de prisioneros. Los efectos de las mismas duraron bastantes años, hasta la reacción que suscitó Sancho el Mayor, como indicamos antes. Todavía en 1011 el abad de Alaón -según documento publicado por Ramón
d'Abadal- vendía los bienes de su monasterio para poder pagar tributo a los musfllžnanes. Seguramente, si Aragón no fue atacado por
al-Muzafiar debióse al hecho de su sumisión a las condiciones que ya les impusiera Almanzor en su ataque de 999.
En 1009, con la muerte del segundo hijo de Almanzor, «Sanchuelo», terminó el período de la «dictadura»'amirí, y enseguida la apoca de las taifas, con la constitución inmediata de la taifa de Zaragoza y de la de Lérida, iba a imprimir un nuevo ritmo a la situación y relaciones del Islam y la Cristiandad en el valle del Ebro.
BIBLIOGRAFÍA
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