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La creación de la banca moderna en Zaragoza tiene su presencia pionero en la Caja de Descuentos de Zaragoza, constituida como sociedad anónima en 1845, convertido en 1856 en Banco de Zaragoza y, posteriormente en 1876 en Banco de Crédito de Zaragoza. La creación de una banca autóctona aragonesa se produce tras la coyuntura expansiva finisecular que vive la economía zaragozana entre 1899 y 1904 protagonizada especialmente por el desarrollo de una importante industria azucarera. De esta expansiva coyuntura económica se beneficiaron las dos únicas entidades financieras de la capital aragonesa, la sucursal del Banco de España y el citado Banco de Crédito de Zaragoza. En los años siguientes asistimos a la creación de nuevas instituciones financieras en esta plaza, surgidas a partir de casas particulares de comerciantes banqueros. Así, en 1906 se constituyó el Banco Aragonés de Seguros y Crédito, a partir de la antigua banca de Víctor Broqués y de su transformación en Crédito Aragonés-Sánchez y Compañía. Este nuevo banco desdoblaría veinte años más tarde sus actividades bancarias y de seguros pasando a denominarse Banco Aragonés de Crédito. En 1910 surgen las que, posteriormente, van a ser las más importantes instituciones financieras zaragozanas: el Banco de Aragón y el Banco Zaragozano.
Sobre la casa Villarroya y Castellano primero y después de la de Clemente Soleras, que cesaron en su negocio bancario, surgió el Banco de Aragón, banco vinculado a un grupo de inversores locales del expansivo negocio azucarero. También como sociedad anónima surge ese año el Banco Zaragozano. En este caso se integran en este proyecto la familia García Sánchez que con su sociedad colectiva García y Compañía (1902) se dedicaban al arriendo de las recaudaciones de las Contribuciones provinciales y del Estado; así como la casa local de banca de Manuel León y Compañía. El nacimiento de estos bancos acarreó, lógicamente, una importante disminución de los recursos ajenos de la sucursal zaragozana del Banco de España.
El crecimiento financiero que se produce durante los años de la Gran Guerra es protagonizado en la banca zaragozana especialmente por el Banco de Aragón, presidido por el Marqués de Arlanza y Basilio Paraíso, el cual inicia en estos años la apertura de sus primeras sucursales en Barbastro, Ejea, Alcañiz y Teruel. Por su parte la expansión del Banco Zaragozano sólo se inicia a partir de 1920, diversificando las actividades bancarias restringidas hasta ese momento a préstamos a corporaciones locales para los pagos al Estado.
Durante los años de la Dictadura de Primo de Rivera el sistema financiero zaragozano experimenta una clara expansión, aumentando además su cuota de mercado. Ello es debido al avance de la Banca privada zaragozana que pasa de representar en 1923 el 2,9% de los depósitos bancarios privados del país a un 3,6% en 1930, al incrementar éstos con mayor fuerza que el global español.
Un indicador del peso que representa en 1930 cada banco y del predominio mantenido por el Banco de Aragón nos lo muestra el cuadro siguiente:
Cuentas de depósito de la banca zaragozana (1930)
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millones de ptas.
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Banco de Aragón
Banco Zaragozano
Banco de Crédito de Zaragoza
Banco Aragonés de Crédito
CAZAR
116,5
52,8
34,6
15,7
45,4
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Esta expansión financiera zaragozana va a centrarse en los años finales de la Dictadura (1927 a 1930), teniendo esta coyuntura como principal beneficiario y protagonista al Banco Zaragozano. Estos años suponen la consolidación de la red de sucursales de la banca privada zaragozana: pasa de contar 21 sucursales en 1923 a 35 en 1926 y 98 en 1930 (el 6,6% de las sucursales de la Banca española).
En esta expansión geográfica de la banca zaragozana destaca el Banco Zaragozano, que sitúa 17 de sus 35 sucursales en Aragón (especialmente concentradas en la provincia de Zaragoza), emplazando el resto en las provincias limítrofes (Soria, Logroño, Cuenca y Guadalajara) así como en Madrid y Barcelona. El Banco de Aragón cuenta con 18 de sus 30 sucursales y agencias en Aragón, principalmente localizadas en las provincias de Huesca y Zaragoza, emplazando otras doce fuera de Aragón (Soria, Guadalajara, Lérida, Tarragona, Castellón, Valencia y Madrid).
Los otros dos bancos zaragozanos observan una expansión casi exclusivamente restringida al ámbito aragonés. El Banco de Crédito a pesar de iniciar muy tardíamente la creación de sucursales (en 1925) cuenta en 1933 con la red más extensa en Aragón, 21 sucursales, seis de ellas centradas en el Bajo Aragón turolense. El banco Aragonés de Crédito, por último, cuenta con 11 sucursales, especialmente presentes en la provincia de Huesca.
Recordemos, asimismo, cómo durante los años veinte asistimos también en Aragón a la implantación de nuevas sucursales de la gran banca nacional, especialmente madrileña. Desde 1907 funcionaba en Zaragoza el Banco Hispano-Americano (sucursal con un gran peso, baste señalar que a principios de los años veinte su cuenta de depósitos superaba los 40 millones de pesetas, cifra en Zaragoza sólo superada por la del Banco de Aragón). A la sucursal del Hispano en la capital se le unieron en 1926 otras tres en la provincia y otra en Teruel, contabilizando 9 en Aragón en 1930. El Banesto introducido en Zaragoza a mediados de la década, así como en las restantes capitales aragonesas, contabiliza rápidamente 11 sucursales en 1930; y dos el Banco Popular, presente en la capital aragonesa al igual que el Bilbao (1923) y el Vizcaya (1930).
Sucursales y agencias de la banca zaragozana en Aragón (1933)
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| Huesca
| Teruel
| Zaragoza
| Aragón
| Fuera de Aragón
| TOTAL
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Banco de Aragón
Banco Zaragozano
B. de Crto. de Zaragoza
B. Aragonés de Crédito
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8
2
8
7
|
3
3
6
1
| 7
12
7
3
|
18
17
21
11
|
12
18
2
0
| 30
35
23
11
|
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TOTAL
| 25
|
13
|
29
|
67
|
32
|
99
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BIBLIOGRAFÍA
. BIESCAS, J. A. (1976): «El origen de la banca moderna en la región aragonesa». Cuadernos de Historia Económica de Cataluña. Barcelona.
. GERMÁN, L. (1986): «La expansión de la banca zaragozana durante la Dictadura de Primo de Rivera». La Hacienda española durante la Dictadura. Madrid. |
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