ÍNDICE POR ÉPOCAS

EDAD CONTEMPORANEA

88. LA ORIENTACIÓN DEL VOTO EN ARAGÓN DURANTE LA II REPÚBLICA · L. Germán Zubero.

Las tres elecciones legislativas de la II República son quizás el mejor indicador político para conocer la orientación ideológica y de voto de los ciudadanos durante la etapa de modernización política que vivió nuestro país durante los años treinta, precedente próximo democrático de la actual estructura política constitucional española. De ellas, las elecciones de febrero 1936 nos parecen, globalmente, las más clarificadoras para un análisis del comportamiento electoral y constituyen la mejor referencia de la orientación del voto de los ciudadanos durante la II República.

Las elecciones de febrero de 1936 se caracterizaron por una clara bipolarización política entre la opción de izquierdas frente-populista y la «antirevolucionaria» planteada por las derechas (CEDA). Las urnas dieron el triunfo en el país a la conjunción frente-populista. En Aragón, el Frente Popular triunfó en las circunscripciones de Huesca y Zaragoza-capital frente al triunfo del CEDA en la periferia zaragozana y en Teruel. Estas elecciones contaron con una alta participación electoral, en torno al 70 % en el global aragonés. El notable incremento de la participación respecto de la anterior convocatoria de 1933 supone un aumento importante del voto de izquierda, logrando mantener globalmente la derecha su peso electoral de 1933 con una pequeña merma (excepción hecha de Teruel donde la pérdida es mayor). El aumento del voto de izquierda es especialmente notable en la provincia de Huesca y en Zaragoza-capital, circunscripciones que en 1933 experimentaron un alto índice de abstención de inspiración cenetista.

El espacio político en Aragón, al igual que en el resto del país se perfila en dos grandes bloques. Por un lado el Frente Popular, conjunción electoral republicano-socialista, que triunfa en la mayor parte de los partidos judiciales oscenses (salvo Boltaña y Benabarre) y en los zaragozanos de Ejea, Caspe, La Almunia y la capital. Constituye el núcleo del Aragón progresista. En gran medida este espacio aragonés progresista se superpone con el Aragón rústico con mayor concentración de la riqueza.

Por otra parte, el triunfo de las derechas es patente en los restantes distritos. Este se asienta especialmente en la casi totalidad de la provincia de Teruel (en menor medida en el partido de Valderrobres y en el de la capital) y en la franja zaragozana suroccidental colidante con esta provincia, zona a la que debe añadirse el movilizado núcleo episcopal de Tarazona; así como en los pirenaicos distritos de Benabarre y Boltaña.

La presencia electoral de la candidatura radical de centro derecha es insignificante salvo en el zaragozano partido de Daroca. En Teruel el candidato centrista independiente y exministro V. Iranzo, aunque obtiene un digno resultado, éste no le posibilita el escaño.

En resumen, orientación global a la izquierda en la provincia de Huesca y Zaragoza-capital. Por partidos judiciales, en la provincia de Huesca -salvo Boltaña y Benabarre- predominio del voto de izquierda, siendo los partidos con un mayor comportamiento progresista los de Jaca y el eje Tamarite-Fraga. En la provincia de Zaragoza, frente a los núcleos progresistas (la capital, Caspe y La Almunia), se sitúan los distritos más a la derecha: la franja sureña Daroca-Cariñena-Belchite y Tarazona. La generalizada orientación a la derecha de la provincia de Teruel sólo está algo amortiguada en los casos citados del partido de Valderrobres y el de la capital. En conjunto, una orientación de voto global aragonesa levemente orientada a la derecha.

La orientación de voto en Aragón muestra una notable correlación con el tamaño del municipio. Las candidaturas de derechas consiguen, en general, una mayor incidencia electoral en los municipios más pequeños perdiendo presencia conforme aumenta el tamaño del municipio, en contraste con la simultánea y progresiva orientación hacia la izquierda. En definitiva, el menor nivel relativo de urbanización de Aragón y el mayor peso que presentan los pequeños municipios rurales (en los que habita más de la mitad de la población aragonesa frente a la quinta parte en el global español) puede ayudar a entender esa menor orientación progresista del voto en Aragón.

BIBLIOGRAFÍA

. GERMÁN, L. (1984): Aragón en la II República. Estructura económica y comportamiento político. Zaragoza.

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