Aragón ocupa un papel destacado en las comunicaciones de época
romana, su posición en el cuadrante nororiental de la península
Ibérica ha condicionado su desarrollo político y administrativo a
lo largo de la Historia y en especial en el mundo romano. Gran parte de sus
tierras son de inmediato y necesario control para proseguir hacia el interior
(norte y oeste) la penetración y conquista de otros territorios
peninsulares.
En la actualidad existe una metodología muy bien definida que permite
reconstruir el trazado de las calzadas antiguas. El análisis de las
fuentes antiguas tanto escritas como arqueológicas, la
observación directa de los vestigios materiales y el empleo de la
fotografía aérea son, entre otros, elementos imprescindibles para
llegar a un conocimiento exacto de las calzadas romanas.
La mayor parte de los caminos conocidos convergen en Caesaraugusta, uno
de los nudos de comunicaciones más relevantes de Hispania. Las
vías De Italia in Hispanias y las de Asturica
Terracone, Turiassone Caesaraugusta y Asturica per Cantabria Caesaraugusta
forman una gran arteria que cruza el territorio de este a oeste, pasando
por Mendiculeia (Monte de las Pueblas en Tamarite de Litera), Tolous
(Cerro de la Alegría en Monzón), Caum (en las
cercanías de Berbegal), Pertusa (Pertusa), Osca (Huesca),
Bourtina (Almudévar), Gallicum (El Convento en San Mateo
de Gállego), Caesaraugusta (Zaragoza), Allobone
(Alagón) y Balsione (por la zona de Mallén). La ruta
Caesaraugusta Beneharno permite enlazar a Caesaraugusta con las
Galias a través del Summo Pyreneo (Puerto del Palo). Las
vías entre Caesaraugusta Pompaelo, una directa y otra a
través de Cara (Santacara. Navarra) enlazan la ciudad con
Pompaelo y el otro paso transpirenaico (Ibañeta-Navarra). Son
varias las vías procedentes del centro de la Meseta y Mérida que
llegan a través del valle del Jalón, pasando por Arcobriga
(Cerro Villar. Monreal de Ariza) Aquae Bilbilitanorum (Alhama de
Aragón), Bilbilis, (Cerro Bámbola. Calatayud) y
Nertobriga (Calatorao). Las comunicaciones con el Levante y la Meseta
sur se hacen mediante la vía que se dirige hacia Laminio (La Alhambra. Ciudad Real) y las rutas que a partir del nudo de comunicaciones de
Contrebia Belaisca (Botorrita) permiten, siguiendo por la margen derecha
del Ebro, llegar a la costa tarraconense y levantina.
Junto al sistema de vías oficiales descritas en las fuentes antiguas y
conocidas por los miliarios encontramos una serie de vías secundarias,
en su mayor parte descubiertas por vestigios arqueológicos, y toda una
tupida red de caminos que permiten ir enlazando las villae y los
núcleos de población de menor entidad con las grandes
rutas. Destacamos la Vía transpirenaica por Jaca, la del Cinca
entre Fraga y Labitolosa (La Puebla de Castro. Huesca) la Vía
de La Canal de Berdún que sigue el curso del río Aragón,
la Vía entre Allobone y Nertobriga a través del
Jalón, etc.
En el mundo romano republicano la red viaria del valle medio del Ebro se
articula en un primer momento en torno a la ciudad de llerda, a esta
ciudad llegan las rutas procedentes de la costa, Barcino y Tarraco, y
desde la misma parten las que se dirigen hacia Osca y el sudoeste
siguiendo el curso del río Cinca (miliario de Q. Fabio Labeo hallado en
Torrente fechado hacia el 110 a. de C.). La fundación de la colonia
Celsa (44 a. de C.) y la construcción en sus inmediaciones del
puente citado por Estrabón induce a pensar en un proceso de
organización de calzadas al servicio de la colonia. Además, desde
Celsa se puede acceder hacia el interior de las tierras turolenses a
través de los valles de la margen derecha del río Ebro y
siguiendo su curso en dirección noroeste hasta Salduie
(Zaragoza). Esta calzada que se denominó: VIA AVGVSTA, según
los miliarios (4-5 a. de C.) de Augusto que se han hallado sobre la
misma, perdió gran parte de su valor al fundarse Caesaraugusta.
En el imperio la organización del sistema de calzadas gira en
torno a la colonia Caesaraugustana fundada hacia el año 19 a. de C. Por
esta colonia pasan 9 de las 32 rutas principales que describen los itinerarios
antiguos para Hispania y además su puente sobre el Ebro es
paso obligado para acceder hacia la costa en dirección a Tarraco.
La colonia romana aglutina en su entorno una serie de caminos y mansiones
distribuidos de forma radial que la ponen en relación con el resto de
Hispania y con todo el conventus del que era capital. Conocemos
por los miliarios -inscripciones que se encuentran sobre las calzadas en las
que se indican el constructor de la vía, y, a veces el punto de origen y
final de la misma- los momentos en los que se fueron construyendo y reparando
las calzadas. Augusto, dio un gran impulso a la red de calzadas potenciando el
gran eje de comunicaciones que discurre por el Valle Medio del Ebro, al norte
del río, entre Ilerda (Lérida)Osca (Huesca)
Caesaraugusta (Zaragoza). Al mismo tiempo las legiones fundadoras de
Caesaraugusta participaron en la construcción de la calzada entre
esta colonia y Pompaelo (Pamplona) a través de la comarca de las
Cinco Villas. Tiberio (22-37 d. de C.) construye igualmente sobre la vía
entre Caesaraugusta y Pompaelo, trazando, según nos confirman los
miliarios, el ramal hacia Cara (Santacara. Navarra). Otros datos
aseguran su intervención sobre la calzada que se dirige hacia
Asturica (Astorga) a través de la Meseta norte. La
dinastía Julio-Claudia nos ha dejado miliarios en la vía entre
llerda y Osca. A finales del siglo I, Domiciano repara la vieja calzada
entre Emerita y Caesaraugusta, que discurre por el valle del
Jalón, pasando por Nertobriga y Bibilis. Del mismo modo los
miliarios procedentes de Complutum (Alcalá de Henares) y
Augustobriga (Agreda. Soria) hablan de las actividades llevadas a cabo
por Trajano sobre estas rutas. Adriano completa las reparaciones,
conociéndose varios miliarios de este emperador en la vía
Caesaraugusta-Pompaelo y otras que discurrén aprovechando el
curso del río Aragón.
En el Bajo imperio encontramos una nueva fase en la que, a tenor de los
miliarios conservados, parece que asistimos a un momentos de gran dinamismo en
la reparación de calzadas, aunque la mayor parte de los miliarios de
esta época tengan carácter honorífico y no se corresponden
con reparaciones efectivas. Esta fase tiene sus máximos exponentes sobre
las calzadas entre Caesaraugusta y Pompaelo, la de Caesaragusta,
Osca, Ilerda, y la gran ruta transpirenaica entre Caesaraugusta y
Beneharno.
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