Reeditada la edición latina de la Disputa Judeocristiana de Tortosa, la más importante de la historia
La Institución Fernando El Católico ha editado, dentro de su colección Fuentes Históricas Aragonesa, tres tomos descargables en abierto de la versión hispana de la Disputa Judeocristiana de Tortosa, la más larga de toda la historia, cuya edición está agotada desde hace muchos años. La obra ha sido editada por Carlos del Valle Rodríguez con la colaboración de los latinistas Matilde Conde Salazar y de José Manuel Cañas Reillo en la edición de la versión crítica latina.
El padre Antonio Pacios López, editor de las Actas latinas (La Disputa de Tortosa, Madrid-Barcelona, Instituto Arias Montano, 1957), preparó su edición tras los duros años de la Segunda Guerra Mundial y no tuvo muchas facilidades para consultar los manuscritos conocidos de la Disputa, si se exceptúa el manuscrito de la Biblioteca Capitular de Gerona que pudo trabajar y retener varios meses en su celda monacal con permiso del obispo de Gerona. Por eso era importante hacer una nueva edición, en este caso, crítica, de las actas latinas a partir de los tres manuscritos hasta ahora conocidos: los dos completos (Ms. Vaticano 4069 y Ms. de El Escorial S-1-10) y el actualmente incompleto de Gerona (Biblioteca Capitular Diocesana Ms. 20). Todas ellas han sido revisadas y confrontadas por el editor principal con la versión hispana de las mismas, que ahora se ofrece al lector no familiarizado con el latín para que pueda adentrarse en su contenido. Para la versión del texto hispano (aragonés) se ha seguido un manuscrito, el manuscrito 2365 de la Universidad Civil de Salamanca, hasta ahora inédito, que, al igual que los tres manuscritos latinos, es del siglo XV. Las actas hispanas siguen rigurosamente al texto latino, aunque no se trata de una traducción literal, pues omite datos transmitidos en la versión latina, pero añade otros totalmente nuevos e inéditos, lo que induce a pensar que su autor estuvo implicado en el proceso pues tenía un conocimiento de los hechos de primera mano. C. del Valle apunta la posibilidad de que el autor del texto fuera Jerónimo de Santa Fe.
La disputa judeocristiana de Tortosa (1412-1414) tuvo lugar en el ámbito de la Corona de Aragón, primero en la ciudad de Tortosa y luego en la villa de San Mateo (Castellón), por mandato del papa Benedicto XIII (1328-1423) con la aquiescencia del rey de Aragón, Fernando I (1412-1416). Una vez acabadas las sesiones de la Disputa (12 de noviembre de 1414), el papa Benedicto XIII encargó la traducción de las cédulas del hebreo al latín a Pedro Buesa, rector de la Fuente del Jalón, posiblemente un judeoconverso, traducción que realizó a lo largo de siete meses.
De las disputas públicas judeocristianas en España, la de Tortosa es la más importante. En primer lugar, por su duración en el tiempo, más de dos años; y por su trascendencia y altura científica, pues se aportaron en ocasiones a la asamblea los libros talmúdicos, rabínicos y midrásicos y participaron los rabinos más destacados del reino de Aragón y, por parte cristiana, un grupo muy cualificado de conversos, como Jerónimo de Santa Fe (antes de recibir el bautismo, en 1411, se llamaba Yehoshúa ha-Lorquí), que, según testifica un cronista judío, se ofreció al papa Benedicto XIII, a cuyo servicio estaba en calidad de médico tras su conversión, a probar con el Talmud -lo conocía bien-, que el Mesías ya había venido. También fue importante por sus consecuencias, pues acabó siendo muy perjudicial para el judaísmo del reino de Aragón que, en general, había sobrevivido a los ataques perpetrados en 1391 contra muchas juderías hispanas. La persuasión, o mejor el adoctrinamiento a que se vieron sometidos los judíos más cualificados (dirigentes y rabinos), junto con las disposiciones restrictivas de la bula pontificia de 1415, Etsi doctoris gentium, con la que se cerró la controversia, que fueron ratificadas dos meses después por el rey Fernando mediante una Pragmática, consiguieron la conversión de millares de judíos, la desaparición de destacadas aljamas aragonesas y la transformación de sinagogas en iglesias.
Con la llegada de Alfonso V al poder, en marzo de 1419, la mayoría de estas disposiciones fueron anuladas, pero sin duda era demasiado tarde para frenar el declive de la mayoría de las aljamas aragonesas que la llamada Disputa de Tortosa había propiciado.