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82. LOS PRINCIPALES PRODUCTOS AGRARIOS Y SU DISTRIBUCIÓN (baja Edad Media)

Aun cuando la documentación que nos ha llegado no permite hallar conclusiones definitivas sobre la importancia de la economía aragonesa y sus bases, la principal riqueza de Aragón radicó, sin duda alguna, en los productos agropecuarios, fundamentalmente en la agricultura, los productos forestales y la ganadería [v. mapa 83].

a) La agricultura aragonesa bajomedieval se basó en las tierras de secano, a pesar de las relativamente abundantes obras de regadío iniciadas o del aprovechamiento de las anteriores, de origen romano y/o musulmán, sobre todo en las riberas de los ríos Ebro, Gállego, Huerva, Jalón, Alcanadre-Cinca, Isuela y Arba.

Es imposible hablar de cantidades ni de la intensidad de los cultivos, aunque sí se pueden determinar las principales áreas de expansión.

El trigo fue el cereal más extendido, destacando las Cinco Villas, los Monegros y el Bajo Aragón. De cerca les siguieron el bajo Jalón, el Somontano oscense, la Canal de Berdún y las cabeceras de los ríos Aguasvivas y Huerva. La cebada se cultivó generalmente junto al trigo, y el centeno, más resistente al frío que los dos anteriores y menos exigente en cuanto a clima y suelo, se concentró en Ribagorza, Sobrarbe y Comunidad de Daroca.

La vid, como puede observarse en el mapa, estuvo muy extendida, incluso en zonas en las que la climatología no le acompaña. Su cultivo, muy exigente en mano de obra en determinadas estaciones, dio origen a unas relaciones socioeconómicas especiales en relación con grupos sociales privilegiados, lo que, sin duda, merecerá algún estudio específico.

El olivo, muy extendido por todo el territorio, se concentró con mayor intensidad en unas cuantas zonas, no muy distintas de las actuales. La famosa trilogía mediterránea -cereales, vid y olivo- constituyó la base principal del comercio de exportación del Reino [v. mapa 86], si bien estos productos estuvieron sometidos a fluctuaciones periódicas, en virtud de las variaciones climatológicas interanuales. Por ello son abundantes los casos en los que las Cortes adoptaron medidas restrictivas tendentes a garantizar el suministro interior, frenando las exportaciones.

b) Los productos forestales fueron, asimismo, fundamento de la ganadería (prados) y del comercio de exportación (madera), destacando en ambos aspectos todo el Pirineo y las Comunidades de Teruel y Albarracín.