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65. LA GUERRA DE LOS DOS PEDROS

El primer tramo de la frontera castellano-aragonesa quedó fijado a la muerte de Alfonso I el Batallador, entre 1135 y 1137 [v. mapa 59], correspondiendo con la "extremadura" soriana. A partir de allí, el resto de la línea fronteriza fue pactado [v. mapa 56].

Cuando Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón se enfrentaron entre 1356 y 1369, no estaban en juego tierras que pudieran afectar a la integridad del reino aragonés. La "guerra de los dos Pedros" constituyó un episodio más de otra de más ancho alcance geográfico y de mayor duración, la "guerra de los Cien Años", dirimida fundamentalmente entre Francia e Inglaterra. Aragón y Castilla formaron parte de ella como aliados de aquéllos, aunque en realidad los motivos para este enfrentamiento peninsular fueron otros.

A mediados del siglo XIV, Castilla soportaba un profundo enfrentamiento social, cuyos bandos tenían como líderes al rey Pedro I de Castilla y a su hermano bastardo Enrique de Trastámara, pretendiente al trono castellano, respectivamente. Pedro IV de Aragón apoyó a Enrique, que, a su vez, contó con la ayuda francesa, personificada en Beltrán Duguesclin y sus famosas compañías.

El monarca aragonés tenía dos objetivos en esta lucha: incorporar el reino de Murcia a la Corona de Aragón -aspiración que data de tiempos de Jaime I, en el siglo XIII- y dominar el Mediterráneo occidental frente a Castilla y su aliada, Génova.

La guerra, muy cruenta, abarca de 1356 a 1365, porque su prolongación, entre 1365 y 1369, fue más bien entre el monarca castellano y su hermano, que acabó por destronarlo (1369). El escenario principal estuvo en las zonas limítrofes de ambos Estados, pero, como puede verse en el mapa, el reino de Aragón soportó la peor parte. Ciudades como Teruel estuvieron varios años en poder castellano. Las alternativas se sucedieron, como la tregua de 1357, la paz de Terrer (1360) y el incumplido tratado de Murviedro (1363) El resultado para Aragón, ineficaz.