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6. EDAD DEL BRONCE: YACIMIENTOS

La utilización del cobre [v. mapa 3] supuso un adelanto sustancial: salir de la cultura de la piedra y del hueso. Pero la excesiva blandura de aquél constituía una dificultad, sobre todo para la elaboración de armas. Descubierta la técnica de la aleación de los metales, el hombre dio otro paso adelante. Del cobre y del estaño surgió el bronce, técnica ésta que tardó en influir en nuestras tierras, alejadas en demasía de la "cultura del Argar", centrada en el Sudeste y Levante peninsular.

La utilización del bronce para la obtención de puñales, puntas de flechas y hachas no supuso todavía el abandono de la piedra como material básico del instrumental, pero el paso se había dado.

Los asentamientos humanos, de los que en el actual Aragón se han descubierto bastantes, lo suelen ser tanto en cuevas (Olvena, Juseu, Tella, etc.), como al aire libre, sobre todo en la zona del río Alcanadre y en el Bajo Aragón.

La cerámica campaniforme del Eneolítico dejó paso ahora a otra de paredes lisas o decoradas con la aplicación de dedos, uñas y cordeles sobre el barro fresco.

Los enterramientos son fruto de la inhumación de los cadáveres en cuevas, bajo monumentos megalíticos [v. mapa 5] o bajo simples piedras decoradas, las llamadas "estelas", entre las que destaca la hallada en el término de Valpalmas (Z), erróneamente denominada de Luna.

El hecho de que junto al cadáver se colocara su propio "ajuar" nos ha permitido conocer, en gran medida, parte de la cultura del bronce en el Aragón actual, dada la profusión de yacimientos.