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58. LA EXPANSIÓN MEDITERRÁNEA CATALANO-ARAGONESA

La Corona de Aragón, con territorios Peninsulares [v. mapas 55 y 56] y extrapeninsulares [v. mapa 57], fue el resultado de la mezcla de entidades políticas diversas, incorporadas en fechas distintas y cada una de ellas con alternativas territoriales cambiantes. Quiere ello decir que su composición fue mudable y que el mapa ofrecido varió según las fechas.

Entre los estados que constituyeron la Corona de Aragón hubo reinos:

Aragón, Valencia, Mallorca (independiente entre 1276 y 1344), Sicilia (1282-1296 y 1409-1713); Cerdeña (1322-1708), Córcega (sólo en determinados momentos) y Nápoles (desde Alfonso V hasta 1707). Asimismo la integraban ducados, como Atenas y Neopatria; un marquesado, Provenza, aunque de manera intermitente; varios condados (Barcelona, Urgell y Rosellón) y un señorío, el de Montpelier.

Cada uno de ellos era independiente de los demás en lo administrativo, económico y político, y sólo se hallaban unidos en la persona del rey, que siempre comienza encabezando sus títulos por el de "rex Aragonum".

El ocaso de este conglomerado fue paulatino. El primer paso hacia su destrucción lo dieron los Reyes Católicos al transformar la Corona de Aragón en el llamado "Consejo de Aragón" (1493), paralelo al Consejo de Castilla: frente a la independencia de cada territorio integrante (Corona de Aragón) se pasa a la unificación (Consejo de Aragón). La siguiente medida fue tomada por Carlos I en 1555, al desgajar del "Consejo de Aragón" el de Italia. Por último, Felipe V, vencedor de la "guerra de Sucesión", desintegró la Corona de Aragón por completo, sustituyéndola, con fines administrativos, por las Audiencias de Zaragoza (1707), Valencia (1707), Palma de Mallorca (1716) y Barcelona (1716). Cerdeña, Sicilia y Nápoles corrieron suerte diversa entre 1707 y 1713.