Introducción Índice temático Índice de mapas

52. ORIGEN DE LA AYUDA EXTERNA A ARAGÓN

La madre de Alfonso I el Batallador, Felicia de Roucy, era francesa, de cerca de Rims, adonde debió viajar Alfonso de joven en varias ocasiones, pero, sobre todo, había vistado frecuentemente el Bearn, donde Talesa, su prima, era vizcondesa; primo era Rotrou II, conde de Perche, y uno de sus mejores amigos, Gastón de Bearn.

La "Primera Cruzada" a Tierra Santa originó en el sur de Francia gran cantidad de ausencias, pero también inquietudes entre los que quedaban más indefensos al frente del mosaico de pequeños estados que integraban el Mediodía francés. La tabla de salvación de algunos de ellos fue Alfonso I, que solventó no pocos problemas al conde de Toulouse y al vizconde de Béziers, entre otros.

El asedio de Zaragoza concitó a gran número de franceses, aunque quizás no los 50.000 que dicen algunos cronistas musulmanes coetáneos. Si a comienzos de 1118, en el Concilio de Toulouse, se aprobaba la expedición a Zaragoza, que alcanzaba así el cariz de "cruzada", a la hora del asedio final estaban al pie de la muralla zaragozana el vizconde Gastón de Bearn; Céntulo, conde de Bigorra, su hermano; el conde de Comminges, Bernardo; el vizconde de Gabarret, Pedro; el vizconde de Miramont, Auger, etc., con sus correspondientes soldados, pero también con armas nuevas.

Esta aportación francesa se observa perfectamente en la distribución de "tenencias" [v. mapa 61], muchas de las cuales fueron a parar a manos de señores del otro lado del Pirineo, en pago, sin duda, de su colaboración en la reconquista, colaboración que, como se ha indicado [v. mapa 51], fue decisiva.