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36. DOMINIOS DE MUSA IBN MUSA (mitad siglo IX)

El gobierno musulmán hispano fue, durante más de dos siglos, un Emirato. El poder del "emir" no siempre fue completo en todo al-Andalus a lo largo de este tiempo. Las zonas periféricas, como la del valle del Ebro, llegaron en varias ocasiones a considerarse independientes del poder central, sobre todo en el siglo IX.

Varias fueron las familias que intentaron -a la vez o sucesivamente- desmembrarse de Córdoba. A mediados del siglo IX destacó la de los Banu Qasi [v. mapa 35], de entre cuyos jefes sobresalió Musa ibn Musa, quien llegó a acumular, uno tras otro, los "waliatos" de Arnedo (843), Tudela (847) y Zaragoza (852), controlando de esta manera una gran parte de la Marca Superior, lo que le llevó a titularse como "tercer rey de España". Aliado con su pariente cristiano, el rey pamplonés Iñigo Arista, y con el también cristiano conde sobrarbense, a punto estuvo de anexionarse asimismo el "waliato" de Huesca (840), lo que le hubiera proporcionado en la práctica todo el valle medio del Ebro.

El poder central cordobés tuvo que valerse de otra "dinastía" territorial, la de los Tuyibíes -líderes de la zona Calatayud-Daroca- para oponerse a Musa ibn Musa, hasta lograr reducirlo.

El procedimiento anterior no dejaba de ser peligroso, y la realidad fue que, hasta la sustitución del Emirato por el Califato, en el siglo X, el valle del Ebro se nos muestra fragmentado en tres áreas de influencia prácticamente independientes de Córdoba:

a) la zona riojana y del Moncayo, en manos del Banu Qasi Muhammad ibn Lubb (= hijo de Lope), nieto de Musa ibn Musa;

b) Zaragoza-Daroca y Calatayud obedecían al Tuyibí al-Anquar;

c) el "walí" de Huesca, al-Tawil, era señor de una extensa zona desde Huesca a Lérida.

La pugna entre estas tres auténticas "dinastías" fue constante, y sólo se vieron eclipsadas cuando Abderramán III se constituyó en "califa", ya en el siglo X, y volvió a centralizar todo el mundo musulmán hispano.