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33. EXPEDICIONES MUSULMANAS CONQUISTADORAS (siglo VIII)

Entre 711 y 715, todo el valle del Ebro pasó a depender de la administración musulmana, corto espacio de tiempo, en realidad, si consideramos los siglos que tardó en convertirse otra vez en territorio dominado por cristianos.

El proceso de ruralización iniciado durante el Bajo Imperio [v. mapa 23] y sostenido durante la dominación visigoda redujo al mínimo la vida urbana, por lo que eran pocas y pequeñas las ciudades a tomar. Entre ambas fechas citadas bastaron tan sólo un par de expediciones sobre Zaragoza, como en tantas otras ocasiones [v. mapa 31] para que cayera toda la provincia visigótica de Iberia.

Conviene tener en cuenta, por otro lado, que ante lo que parece una invasión no hubo apenas resistencia armada. Los musulmanes vinieron a ayudar a uno de los bandos contendientes que se disputaban el trono toledano, a los vitizanos, lo cual significa que los núcleos de población que defendían los partidarios de Vitiza se entregaron sin resistencia. Parece ser que sólo ofreció alguna Zaragoza, pero lo corriente fue la capitulación, sistema por el que debieron entregarse las poblaciones de Huesca, Monzón, Ejea, Fraga, Tamarite, etc. En cierto modo no hubo resistencia, ni conquista y, en cierta manera, tampoco invasión.

Estos "invasores" representaban un número reducido y, además, estaban divididos en grupos étnicos distintos: pocos árabes de raza, bastantes beréberes (del N. de África) y sirios, y residuos minúsculos de otros pueblos. Les unía una religión común: la islámica. Los conflictos entre todos ellos constituirán una constante; incluso los propios árabes, los privilegiados, estaban divididos por matices religiosos, bien fueran "yemeníes" (árabes del Sur), bien «qaysíes» (árabes del Norte).

La población hispanogoda cristiana que vivía en el valle del Ebro respondió de manera distinta. Algunos, pocos, huyeron; otros capitularon, lo que les permitió, a cambio de un tributo específico, conservar sus heredades, autoridades civiles y religiosas e incluso su religión: eran los llamados "mozárabes". Parece que los demás, los "renegados", se convirtieron al Islamismo. Los descendientes de estos ex-cristianos autóctonos serían los "muladíes", que llegarían a alcanzar una gran influencia económica y política, sumándose al inestable equilibrio originado con tal diversidad de razas y credos. Pronto destacarán algunas familias de muladíes, como la de los Banu Qasi [v. mapa 35]. A este conglomerado hay que sumarle todavía una minoría de judíos, que también serán respetados.