En Calatayud, en un momento indeterminado, entre los siglos XII a XIV, un grupo de personas pertenecientes a un colectivo social concreto decide hermanarse para fundar la Cofradía y el Hospital de San Juan de los Labradores. No sabemos cuándo se creó, pues el documento más antiguo es la venta de un campo ya en 1408, ni cuántos ni quiénes fueron sus fundadores, pues hasta 1724 no se conocerá a los miembros de la institución, que en aquel momento eran ocho familias: Los Aranda, Herrer, Moros, Novella, Pastor, Peligero, Sadornil y Torcal. Tampoco sabemos lo que tenían en común esos cofrades primeros ni qué objeto social les llevó a crear una estructura propia de las hermandades de primer nivel, hasta convertirse en una de las instituciones pioneras en Calatayud dentro del ámbito benéfico-social, aunque la alusión a los labradores en su nomenclatura pudiera hacer referencia a un colectivo que tenía el trabajo agrícola como denominador común. Entre tanto espacio por rellenar en su creación y funcionamiento, el estudio serio y documentado de esta doble entidad de San Juan de los Labradores da respuesta a muchas preguntas y nos introduce en el mundo de una institución medieval que, como consecuencia del tesón de sus hermanos, está viva todavía en 2023.