
Fábrica de santos: España, siglos XVI-XVII. Los días 3 y 4 de diciembre de 1563, en la sesión XXV del Concilio de Trento se aprobó el decreto «De invocatione, veneratione et reliquiis sanctorum», en el que se afirmaba la doctrina católica de adoración de los santos frente a las acusaciones protestantes de idolatría, declarando que «se deben tener y conservar, principalmente en los templos, las imágenes de Cristo, de la Virgen Madre de Dios y de otros santos, y que se les debe dar el correspondiente honor y veneración: no porque se crea que hay en ellas divinidad, o virtud alguna por la que merezcan el culto [...] sino porque el honor que se da a las imágenes, se refiere a los originales representados en ellas».
Coordinación: Eliseo Serrano Martín.