Introducción Índice temático Índice de mapas

59. LA FRONTERA NAVARRO-ARAGONESA

Entre las conquistas de Alfonso I el Batallador estaban las tierras de Almazán y Soria, donde hubo "tenentes" aragoneses hasta 1134 [v. mapa 61]. Pero a la muerte del rey, Alfonso VII de Castilla, que había tomado Zaragoza, incorporó a su corona las tierras de la "extremadura" soriana. La frontera entre Castilla y Aragón en esta zona se configuraba, pues, entre 1135 y 1137, fecha esta última en la que Ramiro II reconocía la divisoria. Hacia el Sur, la frontera surgiría al compás de la reconquista, cuando ésta prosiguiera, pero de una manera pactada.

El trazado de la frontera entre Navarra y Aragón también tuvo lugar por estas fechas. Sabido es como, a la muerte del Batallador, Aragón y Navarra se separaron [v. mapa 54], lo cual implicaba la fijación de la frontera común.

La primera delimitación se basó en la voluntad de los distintos "tenentes" de la zona [v. mapa 61], que administraban las plazas presumiblemente fronterizas, tal como se señala en el primer mapa.

Las diferencias surgidas entre Ramiro II y García Ramírez se solventaron mediante el tratado de Vadoluengo (enero de 1135), en el que, aparte de fijar una frontera, se creaba una zona intermedia por la que el monarca navarro prestaría homenaje al aragonés

Pero García Ramírez rompió el pacto de Vadoluengo en mayo del mismo 1135, proclamándose vasallo de Alfonso VII de Castilla. Es entonces cuando se fija definitivamente la frontera que ha llegado hasta nosotros.

Durante los tres años que duró la crisis abierta con la muerte del Batallador, Aragón vería fijadas sus fronteras occidentales.