ÍNDICE POR ÉPOCAS

EDAD MODERNA

77. LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS (1610-1611) · G. Colás Latorre.

El 16 de septiembre de 1610 se daba por terminada la primera fase de la expulsión. En torno a 60.818 moriscos habían salido por los Alfaques (38.286), Roncesvalles (9.962) y Somport (12.570). Las cifras, aunque pueden ser discutidas, reflejan sustancialmente el peso demográfico de la comunidad en Aragón. Más discutible es, sin duda, la distribución geográfica de la salida. Ya que, mientras las poblaciones que abandonaron Aragón por los Alfaques y Navarra han sido identificadas a partir de los informes remitidos a la corte por las autoridades encargadas de la expulsión, se ha supuesto que el resto que el resto de los lugares tuvieron que hacerlo por el Pirineo aragonés. Cualquiera que sea la opinión sobre el método seguido, este permite establecer el trayecto seguido por los moriscos camino de su destierro. Los de la hoya de Huesca, del valle del Ebro en torno a Zaragoza, del macizo del Moncayo, de los valles del Jalón y de la Huerva salieron por el puerto de Somport. Por Roncesvalles pasaron principalmente gentes también del Jalón. Los de la ribera del Cinca, de la actual provincia de Teruel, los de la parte oriental de la de Zaragoza y los de algunas villas del Moncayo fueron llevados a Los Alfaques que se definió como la vía de salida más importante. Otros dos hechos deben ser tenidos en cuenta a la hora de valorar en su justa medida la realidad recogida por el mapa. Según se desprende de los informes antes citados, algunos lugares abandonaron Aragón no por uno, sino por dos de los caminos trazados. Además existen diferencias, en ocasiones notables, entre el número de fuegos recogidos por el censo de Aytona y el asignado al mismo lugar en el momento del embarque o del paso de los Pirineos. Esta diferencia se explica bien porque se asigna a una localidad fuegos de otra o de otras o bien porque sólo ha salido por esa ruta parte de la población. Finalmente, incluso el número total de desterrados por cada una de las salidas plantea problemas. Todas estas cuestiones que aquí simplemente se enumeran merecen un estudio más detenido. En cualquier caso, ni las dificultades que presenta la realización del mapa ni el valor que se le otorgue pueden hacernos olvidar la importancia del hecho que sela mayoría cristiana.

La autoridad reprobaba esta fidelidad al Islam que combatía mediante la Inquisición y la toleraba al mismo tiempo, esperando la conversión. Intransigencia y tolerancia se alternaban en función de las más variopintas circunstancias. Esta política más o menos condescendiente empezó a cambiar a partir de la rebelión de las Alpujarras (1568-1570). A partir de este momento el morisco ya no sólo es un mal cristiano o incluso un mahometano disfrazado. Es, además, un enemigo del estado y como tal empieza a ser acusado de conspirar y de constituir la quinta columna de los enemigos de la monarquía. La revuelta se erige en hito fundamental en la consideración del morisco y en el desenlace de su drama.

En 1582 el Consejo de Estado, ya convencido de la imposibilidad de la asimilación, acordaba expulsar a los moriscos. El acuerdo fue pospuesto por distintos motivos, económicos, militares, etc., hasta que finalmente el 4 de abril de 1609 se tomó la decisión con carácter irrevocable. Una vez decididos a deshacerse de la minoría, ésta fue, sin duda, la mejor solución. Una minoría intransigente, fanática y muy radicalizada proponía medidas mucho más crueles.

El destierro comenzó por Valencia, donde la expulsión se llevó a cabo en el otoño de 1609. En Aragón, el bando se hizo público el 29 de mayo de 1610 en Zaragoza. El 30, el virrey enviaba a la corte un minucioso plan, reflejado en el mapa, para sacar a los moriscos. La salida era organizada en 35 expediciones, «tránsitos», en cada una se fijaba el lugar de concentración de los pueblos vecinos, el trayecto, las poblaciones de paso forzoso y las de destino en las fronteras del reino. Todos saldrían por los Alfaques. El proyecto fue desechado por el retraso que imponía a la operación sacar a más de 60.000 personas por un sólo punto. De ahí que se pensara en la ruta del Somport y más tarde, por las dificultades que encerraba su paso, en Roncesvalles.

El primer embarco se hizo el 15 de Junio. El 16 de septiembre se daba por concluida la expulsión. En tres meses desaparecieron prácticamente los últimos musulmanes de Aragón que representaban entre un 15 y un 20% de la población. Tras sí dejaron sus lugares, sus casas y sus tierras. Había concluido el último acto de la Conquista.

BIBLIOGRAFÍA

.COLÁS LATORRE, G. (1979): La bailía de Caspe en los siglos XVI y XVII. Zaragoza.
.DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y VICENT, B. (1985): Historia de los moriscos. Madrid.
.LAPEYRE, H. (1959): Géographie de l´Espagne morisque. Paris, (edición en castellano, Valencia, 1986).
.VV. AA. (1988): Destierros aragoneses, 1. Judíos y moriscos, pp. 189-375. Zaragoza.

Ampliar mapa

  2005 Instituto Fernando el Católico