ÍNDICE POR ÉPOCAS

EDAD MODERNA

73. LA POBLACIÓN ARAGONESA: 1495-1650 · J. A. Salas Auséns.

La existencia de dos recuentos de población ordenados en las Cortes de Tarazona del año 1495 y de Zaragoza de 1646 permite conocer, no con total precisión dado su carácter fiscal, cuántos eran los aragoneses que poblaban el reino en aquellas fechas y cuáles la líneas de evolución demográfica en el siglo XVI y primera mitad del XVII. Según los datos del primero de los recuentos, a fines del siglo XV había en Aragón 51.540 fuegos -unas 200.000 personas- distribuidos en 1.471 núcleos de población. A mediados del siglo XVII los fuegos eran más de 70.000 y los núcleos habitados superaban ligeramente el millar y medio.

Sería excesivamente simplista interpretar el período transcurrido entre los dos recuentos como una fase de crecimiento lineal, máxime cuando contamos con toda una serie de indicios reveladores de la existencia de coyunturas opuestas: al siglo XVI, centuria de incremento de los efectivos humanos, sucedería un período de regresión demográfica.

La fase alcista del Quinientos corrió paralela a un período de crecimiento de la actividad económica, más patente en la agricultura con notorios incrementos de las superficies destinadas al cultivo y con importantes transformaciones de secanos en regadíos, pero también constatado en los sectores artesanal y comercial, con efectos positivos en los núcleos urbanos, que presentaban innegables atractivos para inmigrantes procedentes de otros reinos, en especial de las vecinas comarcas francesas.

Los síntomas de cambio de tendencia se comenzarían a manifestar en los inicios del siglo XVII, coincidiendo con la aparición de las primeras dificultades en un débil sector artesanal, incapaz de competir con los productos que llegaban del exterior y con la pérdida del dinamismo de que había hecho gala el sector comercial autóctono. Pero sería la marcha de los más de 60.000 moriscos que vivían en Aragón, expulsados el año 1610, lo que definitivamente marcaría el declive demográfico del siglo XVII. Una creciente fiscalidad, la guerra de Secesión Catalana, con un fuerte impacto en la población de la zona oriental aragonesa y la peste que a mediados de siglo asoló numerosas localidades del reino fueron otros de los factores que contribuyeron a reducir el favorable balance demográfico de la centuria anterior. En conjunto, entre 1495 y 1650, el número de los aragoneses se había incrementado en poco más de un tercio y este crecimiento había sido bastante desigual.

A fines del siglo XV, la gran mayoría de los aragoneses residía en núcleos de reducidas dimensiones. Tan sólo dos localidades, Zaragoza y Calatayud, superaban los 1.000 fuegos; otras tres, Alcañiz, Tarazona y Huesca, estaban comprendidas entre 500 y el millar, en tanto que eran más de 1.200 los núcleos que no llegaban a los 50 fuegos (vid. cuadro n. 1).

Cuadro 1: Distribución de la población aragoesa según el tamaño de los núcleos (1495

Fuegos

localidades

%

N. de fuegos

%

1-9

10-49

50-99

100-199

200-499

500-999

más de 1.000

519

703

162

64

18

3

2

35,3

47,8

11,0

4,4

1,2

0,2

0,1

2.346

16.194

11.073

8.783

5.499

2.054

4.991

4,6

31,4

22,6

17,0

10,7

4,0

9,7

Total

1.471

--

51.540

-

Fuente, SALAS, J. A. (1984): "Una población reducida", en Historia de Aragón, vol. 7, p. 22. Zaragoza.

La población no estaba distribuida de forma homogénea por la superficie del reino (vid. cuadro n.° 2). En las sobrecollidas pirenaicas -Jaca, Aínsa y Ribagorza-, donde se ubicaban casi el 40% de los núcleos de población, no residía más que el 13% de los aragoneses. Predominaba el hábitat disperso: el territorio quedaba jalonado por numerosas y muy pequeñas localidades, situadas a escasa distancia. En el Somontano oscense -sobrecollidas de Barbastro y Huesca- y en los llanos y serranías turolenses -sobrecollidas de Daroca y Montalbán los pueblos eran algo menos numerosos y su tamaño medio, mayor. En el centro del valle del Ebro y en la ribera del Jalón -sobrecollidas de Tarazona, Zaragoza, Alcañiz y Calatayud- se ubicaban los núcleos más poblados. Allí estaban situados el 25% de los núcleos habitados, en los que se asentaba el 50% de los aragoneses.

Cuadro 2: Distribución porcentual por sobrecollidas de núcleos de población y fuegos (1495)

Sobrecollida

% núcleos

% fuegos

Jaca

Aínsa

Benabarre

Barbastro

Huesca

Tarazona

Zaragoza

Alcañiz

Calatayud

Daroca

Montalbán

11,9

9,7

17,2

9,1

10,8

8,2

5,2

3,6

6,9

6,9

10,5

5,4

2,9

5,2

8,8

7,5

12,3

17,5

7,6

13,9

7,5

11,4

En el período transcurrido entre los recuentos mencionados, la evolución demográfica de las distintas sobrecollidas había sido desigual. Mientras las de Daroca y Montalbán incrementaban sus efectivos en más de un 75%, la de Benabarre lo hacía en un moderado 13,7% y la de Barbastro disminuía en un 13%. Jaca y Aínsa presentaban incrementos asimismo inferiores a la media aragonesa. En el caso de las demarcaciones de Barbastro y Ribagorza pesaban sin duda los negativos efectos de la guerra de Secesión Catalana que afectó a numerosas localidades de la zona oriental del reino aragonés provocando incluso su abandono temporal.

Según el recuento, la capital del reino, Zaragoza, alcanzaba los 5.588 fuegos, con un aumento del 41% respecto a las cifras de 1495. Calatayud, cuya población se había estancado, y Huesca, que había incrementado sus efectivos en un 80% también superaban el millar de vecinos. Las localidades con una población comprendida entre los 200 y los 999 fuegos eran 37 frente a las 21 del año 1495. Los núcleos con una población comprendida entre los 50 y los 199 fuegos también eran mucho más numerosos, en tanto que habían disminuido los inferiores a los 50 fuegos (vid. cuadro n. 3)

Cuadro 3: Distribución de la población aragonesa según el tamaño de los núcleos (1646)

Fuegos

localidades

%

N. de fuegos

%

1-9

10-49

50-99

100-199

200-499

500-999

más de 1.000

482

675

222

111

30

7

3

31,5

44,1

14,5

7,3

2,0

0,4

0,2

2.196

16.772

15.455

15.228

8.342

4.699

7.842

3,1

23,8

21,9

21,6

11,8

6,7

11,1

Total

1.530

--

70.534

--

El aragonés seguía siendo un mundo rural en el que con claridad predominaban los núcleos de dimensiones reducidas.

BIBLIOGRAFÍA

.ANSÓN, M. C. (1977): Demografía y sociedad urbana en la Zaragoza del siglo XVII. Zaragoza.
.BIELZA DE ORY, V.: «Demografía de la Comunidad de Calatayud en el siglo XVII». Jerónimo Zurita, Cuadernos de Historia, 25-26, pp. 55-83. Zaragoza.
.COLÁS, G., y SALAS, J. A. (1977): Aragón bajo los Austrias. Zaragoza.
• MAISO, J. (1982): La peste aragonesa de 1648 a 1654. Zaragoza.
.NADAL, J. (1984): La población española (siglos XVI-XX). Barcelona.
.SALAS, J. A. (1981): La población en Barbastro en los siglos XVl y XVII. Zaragoza.
.-- (1984): «Una población reducida». Historia de Aragón, vol. 7, pp. 19-48. Zaragoza.
.-- (1988): «La demografía histórica en Aragón, a estudio». Revista de Historia Jerónimo Zurita, pp. 7-23. Zaragoza.
.TORRAS, J. (1982): «La economía aragonesa en la transición al capitalismo. Un ensayo». Tres estudios de historia económica de Aragón, pp. 9-32. Zaragoza.

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