ÍNDICE POR ÉPOCAS

EDAD CONTEMPORANEA

92. LOS  REGADÍOS EN ARAGÓN ANTES DEL AÑO 1926 · A. Peiró Arroyo.

Los orígenes del regadío aragonés son muy antiguos. Uno de los documentos fechados más antiguos conservado en Aragón, el bronce de Contrebia, es también el documento más antiguo de la Península Ibérica que hace referencia a una canalización de aguas. Sin embargo, nuestros conocimientos acerca del avance de las tierras regadas son muy insuficientes, aunque tenemos constancia de los grandes hitos de construcción de las obras más importantes de la Edad Moderna.

El proceso de diseño y construcción de obras hidráulicas se aceleró a lo largo de los últimos años del siglo XIX y de los primeros del XX. En esas fechas, la cuestión del regadío y de la colonización interior adquirió una actualidad permanente, convirtiéndose en uno de los lugares comunes de los discursos de Joaquín Costa y Lucas Mallada, y recibiendo una atención constante por parte de los poderes públicos. Los grandes hitos de este proceso fueron los siguientes:

1896: Finaliza la construcción del embalse de Escariza. Aprobación del Proyecto de Ley para la construcción del pantano de Mezalocha.

1902: Aprobación del Plan Nacional de Obras Hidráulicas.

1906: Inauguración del Canal de Aragón y Cataluña. Se concluyen las obras del pantano de Mezalocha.

1908: Se concluye el pantano de Santa María de Belsué. Comienzan las obras de los de Moneva y Peña.

1910: Entra en funcionamiento la presa de Pina.

1913: Primer Congreso Nacional de Riegos, celebrado en Zaragoza. Se concluye el Pantano de la Peña.

1915: Se aprueba la Ley de Riegos de Alto Aragón y se inician las obras. Comienzan las obras del canal de Monegros. En años sucesivos se construye la presa de Ardisa, el canal del Gállego y se avanza en el pantano de La Sotonera. Se autorizan las obras del Canal de Lodosa.

1916: Comienza la construcción del pantano de Gallipuén.

1917: Decreto institucionalizando el Sindicato Central de Riegos del Alto Aragón. Se pone en funcionamiento el pantano de Cueva Foradada.

1919: Constitución de la Junta de Obras de Pantano de Santolea.

1920: Proyecto de embalse en Josa.

1922: Aprobación del proyecto del pantano de Las Torcas.

1924: Redacción del proyecto del pantano de Yesa, aprobado definitivamente en 1926.

1926: Real Decreto por el cual se crea la Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro.

Algunos de estos proyectos fueron especialmente relevantes. En 1906 se habían inaugurado las obras del Canal de Aragón y Cataluña, cuando en 1927 se incorporó a la Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro regaba ya 73.000 Has. Por su parte, el proyecto original de Riegos del Alto Aragón cifraba la zona regable en 300.000 Has. (es decir, el 25% de la superficie entonces regada en España); en enero de 1915 se aprobó la Ley de Riegos del Alto Aragón, y en marzo se iniciaron las obras.

La existencia de estas numerosas realizaciones y proyectos llevó consigo la necesidad de crear una administración autónoma que controlase la utilización del agua. Su necesidad había sido planteada por primera vez en las conclusiones del Primer Congreso Nacional de Riegos, celebrado en Zaragoza en octubre de 1913. En aquel momento se planteó la creación paralela de dos mancomunidades, una que agrupase a las provincias aragonesas y otra, reducida al ámbito de los riegos, que lo hiciese también con Navarra y Rioja.

Sería la dictadura de Primo de Rivera la que diese el paso definitivo para la creación de las Confederaciones Sindicales Hidrográficas, que nacieron por Real Decreto de 5 de marzo de 1926, aprobándose en esa misma fecha por otro Real Decreto la del Ebro. El 23 de agosto de ese mismo año se aprobó su reglamento, y se configuró la Confederación Sindical Hidrográfica del Júcar.

Los fines de las Confederaciones eran la formación de un plan de aprovechamiento general, coordinado y metódico de las aguas de sus cuencas y la ejecución de las obras; la intervención y modulación de los aprovechamientos de aguas; la imposición de un canon de mejora del regadío y la plena gestión de las obras hidráulicas, así como la administración de aguas embalsadas. Las Confederaciones eran organismos autónomos, dependientes directamente del Ministerio de Obras Públicas.

En el momento de la creación de las Confederaciones, Aragón contaba con 121.845 Has. de riego intensivo y 136.771 de riego deficitario. La CSH del Ebro fue la más importante de las españolas, abarcando en su ámbito a 14 provincias. A lo largo de 1926 fueron integrándose en ella las obras públicas más importantes, y ese mismo año se hizo cargo del Plan de Riegos del Alto Aragón. Cuatro años más tarde, había puesto en riego 72.163 Has. y mejorado el de 109.135 a través de quince obras, entre ellas los pantanos de Arguís, Las Navas y Moneva.

BIBLIOGRAFÍA

. BOLEA FORADADA, J. A. (1978): Los Riegos de Aragón. Zaragoza, Sindicato Central de Riegos del Alto Aragón, 535 p.,3 hs (2.ª ed.: Huesca, 1986).
. -- (1914): Actas del I Congreso Nacional de Riegos. Zaragoza, octubre de 1913, Zaragoza, 2 vols.
. LORENZO PARDO, M. (1930): Nueva política hidráulica. La confederación del Ebro. Madrid.

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