1 Puypullín (Loarre)
2 La Corona (Bolea)
3 El Torreón/La Mezquita (Ortilla)
4 Cuartón de la Fresquera (Alerre)
5 Villa de Latas (Sabiñánigo)
6 Bajo Cuesta (Apies)
7 La Magantina (Huesca, núcleo urbano)
8 El Conejar (Argavieso)
9 El Almerge (Laluenga)
10 El Escobizal (Sena)
11 Santa Quiteria (Sena)
12 Noguera (Estada)
13 Puente de la Pilas (Monzón)
14 El Adamil (Monzón)
15 Estiche (Estiche)
16 Tozal del Moro (Santa Lecina)
17 Torre del Perí o de Clavería (Tamarite de Litera)
18 Santa Bárbara (Tamarite de Litera)
19 El Castellar (Altorrincón)
20 Albalate de Cinca, núcleo urbano (Albalate de Cinca)
21 Torre Novales (Albalate de Cinca)
22 Ermita de Ntra. Sra. de Chalamera (Chalamera)
23 Era Forcada (Chalamera)
24 San Valero y Ermita de San Valero (Velilla de Cinca)
25 Villa Fortunatus (Fraga)
26 Monreal (Fraga)
27 El Pilaret de Sta. Quiteria (Fraga)
28 Castellot (Fraga)
29 Torre Rausa (Fraga)
30 Horta de Torrent/Huerta de Monfort (Torrente de Cinca)
31 San Jaime de Valdecós (Torrente de Cinca)
32 Escó (Escó)
33 Rienda (Artieda de Aragón)
34 Viña del Sastre
|
35 Corrales de Villasués (Artieda de Aragón)
36 Forao de la Tuta/Campo del Royo (Artieda de Aragón)
37 Cementerio de Gordún (Gordún)
38 Campo Real/La Fillera (Sos del Rey Católico)
39 Ermita de San Román (Catiliscar)
40 La Sinagoga (Sádaba)
41 Altar de los Moros/Los Atilios (Sádaba)
42 La Estanca (Sádaba, Layana)
43 El Pueyo de los Bañales I (Uncastillo)
44 El Pueyo de los Bañales II (Uncastillo)
45 El Huso y la Rueca (Uncastillo)
46 Bodegón (Uncastillo)
47 Puyarraso (Uncastillo)
48 Corral del Valero (Uncastillo)
49 Corral del Viejo del Mocho (Farasdués)
50 La Torraza (Novallas)
51 El Lombo (Novallas)
52 El Jinete (Tarazona)
53 La Dehesa (Tarazona)
54 Filacampo (Tarazona)
55 Embalse de Sta. Ana (Tarazona)
56 La Pesquera (Tarazona)
57 La Oruña (Vera de Moncayo)
58 La Romería, polígono 59 (Borja)
59 El Cabezuelo (Gallur)
60 Figueruelas (Figueruelas)
61 Cementerio de los Moros (Cabañas de Ebro)
62 Utebo, núcleo urbano (Utebo)
63 Camino del Río/La Papelera (Villanueva de Gállego)
64 Villanueva de
Gállego (Villanueva de Gállego)
65 Calle Rebolería (Zaragoza, núcleo urbano) |
66 Huerta de Sta. Engracia (Zaragoza, núcleo urbano)
67 Pallarés (Urrea de Jalón)
68 Conglor (Urrea de Jalón)
69 Los Mojones (Urrea de Jalón)
70 Cerro de la Tijera/Bco. de la Higuera (Urrea de Jalón)
71 Calatorao, núcleo urbano (Calatorao)
72 La Almunia de Dª Godina, núcleo urbano (La Almunia de Dª Godina)
73 La Pesquera I (Cuarte)
74 Lugar Viejo III (María de Huerva)
75 Valeja de San Pez (María de Huerva)
76 Dehesa de Ibarz (Muel)
77 Los Aguares (Osaera de Ebro-Aguilar)
78 La Cabañeta/Ermita de Zaragoza La Vieja (Burgo de Ebro)
79 Monte de San Cristobal (Fuentes de Ebro)
80 Los Castellazos (Mediana de Aragón)
81 La Malena (Azuara)
82 Dehesa de Baños (Chiprana)
83 Boquera del Regallo I (Chiprana)
84 Campo de almendros de Rafales (Caspe)
85 Palermo III (Caspe)
86 Mas de Rabel (Caspe)
87 El Baden (Mainar)
88 Fuente del Manco (Villadoz)
89 Campo Palacio (La Puebla de Híjar)
90 Paso de la Guardia/La Ferradura (La Puebla de Híjar)
91 El Regadío (Urrea de Gaén)
92 Masada de la Condesa (Alcañiz)
93 Camino de Albalate (Calanda)
94 Base del Cabezo de la Guardia (Alcorisa)
95 Mas de les Perchades (Valderrobres)
96 Virgen de la Langosta (Alpeñes)
97 Ermita de Ntra. Sra. del Cid (Iglesuela del Cid) |
El concepto de villa corresponde a una estructura de habitación con un
territorio de explotación anejo y siempre de carácter rural. La
villa constituye un fenómeno de romanización; lo que no quiere
decir que no existiese explotación anterior del medio rural, sino que el
sistema de villas introduce un nuevo modo en esta explotación. Este
nuevo sistema precisa de toda la infraestructura que la romanización
supone, pero fundamentalmente la red viaria, ya que la existencia de
ésta facilita a la villa el acceso de gentes, ideas y bienes necesarios
para su desarrollo y al mismo tiempo permite la salida de excedentes de
producción hacia los centros comerciales.
La explotación a que se dedica una hacienda depende del tipo de terreno
en que se encuentre, aunque por lo general la explotación es mixta,
agrícola-ganadera; la existencia junto a ésta de otras
actividades complementarias como la fabricación de cerámica,
elaboración de vino y aceite y talleres de fundición de vidrio o
metales, da lugar a una unidad económica prácticamente
autosuficiente, tal como preconizaba el ideal republicano y altoimperial.
No obstante, la existencia en la hacienda de una mansión ocupada por el
propietario de forma permanente o estacional y dotada de instalaciones de
calidad y lujo semejantes a la domus urbana puede llevarnos a la idea de
fincas exclusivamente de recreo, aunque esta circunstancia no se ha documentado
en Aragón.
El problema fundamental para el conocimiento de las villas es la carencia de
excavaciones completas que proporcionen información tanto de la vivienda
principal como del resto de las instalaciones. En este sentido en el Valle
Medio del Ebro sólo contamos con los datos que ofrece la villa de
Liédena en Navarra.
Podemos afirmar que las villas aragonesas están por lo general mal
estudiadas, ya que sólo han sido objeto de atención
aquéllas que proporcionan hallazgos de cierta vistosidad, como es el
caso de los pavimentos de mosaico, y por lo general se ponen al descubierto
estas estancias y se interrumpe la excavación quedando oculta la
infraestructura correspondiente a la parte menos atractiva, pero fundamental
para la comprensión del sistema económico rural de la
época.
Junto al problema de las excavaciones incompletas surge por otro lado la ligera
identificación como villa que se hace de muchos yacimientos localizados
en prospección y a los que se les concede esta clasificación en
numerosas ocasiones con poca o ninguna base, contando solamente con unos
hallazgos cerámicos y algún elemento constructivo disperso.
Esta circunstancia puede dar lugar a una falsa interpretación sobre la
distribución del terreno y de la estructura social que el sistema de
villas lleva aparejada.
Tal como aparecen en el mapa los hallazgos se han jerarquizado de modo
que se diferencian, en primer lugar, las villas cuya planta se puede adscribir
a los tipos conocidos. Estos ejemplos son muy escasos y corresponden a una
estructura de peristilo, generalmente con pavimentación de mosaico tanto
en los corredores como en las habitaciones anejas; cabe señalar la
villa Fortunatus de Fraga, y la recientemente descubierta de La Malena
en Azuara, entre otras. En segundo lugar los yacimientos con estructuras de
las que se pueden identificar al menos estancias completas y sus funciones, por
lo general referidas a instalaciones termales. Se diferencian de éstos
los yacimientos con estructuras y pavimento mosaico. Se han indicado
también las noticias sobre hallazgos de mosaicos y los hallazgos sueltos
ya que se tiende a identificar la presencia de mosaicos con la existencia de
villas.
Por último aparecen también señalados toda una serie de
hallazgos que han sido clasificados como villas, pero que precisan de una
investigación más profunda. De este grupo se han eliminado
numerosos yacimientos que en otras ocasiones han sido incluidos en las
relaciones, pero un repaso exhaustivo a los hallazgos aconseja su
omisión.
Entre estos últimos yacimientos hay que señalar un hecho que
merece cierta atención; en algunos poblados ibéricos que viven
hasta el siglo I a. de C., se detecta en la base del cabezo donde están
ubicados una ocupación de época imperial que se ha identificado
como villa, pero que también pueden constituir la perduración del
hábitat en un núcleo mayor.
Esta circunstancia se refleja de modo problemático en El Cabezuelo de Gallur, donde la ocupación se hace difícil de determinar. La
aparición de una inscripción con la referencia a unos pagi,
parece indicar que se trata de una unidad de este tipo; sin embargo la
falta de definición del término pagus por una parte y el
desconocimiento de los límites reales de las villas por otra, unido a su
vez a la destrucción del yacimiento, lo que impide nuevas
comprobaciones, ha determinado su inclusión como villa.
Cronología General:
--Finales del siglo I a. de C. y siglo I d. de C. Primeros asentamientos.
--Siglo II d. de C. Desarrollo económico que propicia la
construcción de numerosas villas.
--Siglo III d. de C. Inestabilidad interna y primeras invasiones, lo que
provoca el cierre de rutas comerciales y el abandono de buena parte de las
villas.
--Siglo IV d. de C. Revitalización de la actividad rural,
construcción de nuevas villas y restauración de las antiguas,
esta última ocupación perdura durante el siglo V y buena parte
del VI d. de C.
BIBLIOGRAFIA
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