El 15 de junio de 1933 zarpaba desde Barcelona el "Crucero Universitario", viaje de estudios organizado y promovido por el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes Fernando de los Ríos, que a lo largo de mes y medio conduciría por todo el Mediterráneo a lo más selecto de la intelectualidad española del momento en un periplo con paradas en Túnez, Alejandría, Yaffa, Herakleion, Rodas, Esmirna, Estambul, Salónica, El Pireo, Siracusa, Palermo, Nápoles, Palma de Mallorca y, finalmente, Valencia. Entre los 192 integrantes de esta "embajada cultural" de la joven República Española se encontraban docentes de prestigio como Antonio García y Bellido, Manuel Gómez Moreno y Jaime Vicens Vives, y jóvenes promesas, recién licenciados y doctorandos, como Antonio Tovar, Julián Marías, Isabel García Lorca, Gregorio Marañón y el propio autor del libro, Francisco Esteve (1907-2001), que ofrece en esta parte de sus memorias su visión personal de un mundo mediterráneo en el que se combinan Oriente y Occidente, el pasado y el presente.