Arnaldo de Villanova, uno de los médicos y docentes más afamados de la historia de la Medicina, se describió a sí mismo como un "hombre silvestre, teórico ignoto y aldeano práctico", "nacido de un terruño desconocido y obscuro". Aparte de lo que de tópico poseen estas afirmaciones en un hombre que fue embajador, médico y confidente de reyes, papas y magnates, las referencias acerca del origen de Villanova son especialmente obscuras y embrolladas, ocasionales y contradictorias que han hecho de Francia, Cataluña o Valencia la patria de Villanova, hasta concluir actualmente en situarla en la localidad aragonesa actualmente conocida como Villanueva de Jiloca.