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La Aljafería entra en el siglo XXI totalmente renovada tras cinco décadas de restauración

Portada de la publicación
Autor:
Sobradiel Valenzuela, Pedro I.
Edición:
Editado por: IFC
Edición: 80 p., 17x24 cm, ISBN 84-7820-386-9
Año edición: 1998
Colección:
Estudios
Nº Publicación
1871
Precio:
No disponible
Materias:

La Aljafería es como un barómetro de la actualidad social, política y económica de la ciudad. Refleja y padece todos los vaivenes causados por los embates de la historia, hasta el punto de que sus orígenes están indisolublemente unidos a estas circunstancias. Desde el principio, el Palacio acusará de manera pendular los periodos críticos de su entorno, la situación política, el auge y la depresión de la economía, las victorias y las derrotas, las conmemoraciones, las ceremonias, las huellas culturales y las religiosas y hasta el olvido. En sus piedras, en sus yesos, tapiales, mármoles y maderas, han quedado impresos los avatares ciudadanos, el brillo y el dolor de Zaragoza; ningún otro monumento zaragozano ha compartido tan intensa e incesantemente la historia de nuestro pueblo, ningún otro recinto ha acrisolado tantas culturas, estilos, modas, influencias y funciones. Las esencias más antiguas han pervivido, pero, a diferencia de otros lugares, lo han hecho conviviendo con otras posteriores y no sólo con algunas, sino, puede decirse, con todas las que han existido. Ciertamente, la Aljafería desde su raíz musulmana ha sido puerta y llave de Zaragoza, bastión, lugar de recreo, palacio, parroquia, tribunal de la Inquisición, presidio para asegurar la ciudad, ciudadela, calabozo, cuartel, lugar histórico-artístico y, finalmente, sede de las Cortes de Aragón. Pero su cualidad primera, la más descollante, aquella por la que quizá ha asumido tantas funciones y ha sostenido su preeminencia a lo largo de nuestra historia, ha sido su carácter de emblema, de símbolo de Zaragoza. El motivo de la aparición de este opusculo ha sido, ojalá que se haya conseguido, mostrar cómo, en un azaroso proceso restaurador de medio siglo de duración, se ha tratado de recuperar el más que milenario aroma de la Aljafería.